Las deportaciones en Estados Unidos parecieran estar a la orden del día por estos meses luego de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, quien ha endurecido la política migratoria de su país.
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Ese apretón ha incluido la deportación masiva de migrantes irregulares a sus países de origen, hasta los presos han sido recluidos fuera del país norteamericano, El Salvador ahora sirve como la megacárcel de Trump con su famoso Cecot.
La arremetida ha sido tal que incluso un estudiante palestino con residencia permanente en Estados Unidos le llegó una notificación que debía abandonar el país, pese a que las regulaciones impiden su deportación al estar regularizado.
Las políticas han sido duras cada vez más, y de eso es testigo una modelo brasileña que el pasado 10 de abril una vez aterrizó en el Aeropuerto de Chicago fue abordado por un agente de seguridad quien la detuvo.
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Pero no le bastó con su detención, luego la interrogaron y finalmente la deportaron pese a que llegó al país por vías legales, con su visa de turista teniendo como destino el festival de música Coachella que se celebra en California.

Se trata de Francielly Ouriques que en su cuenta de Instagram relató el hecho que no le permitió continuar con su itinerario. La también influencer sostuvo que le preguntaron si en su equipaje llevaba algo ilícito a lo que respondió que no. “Pensé que era un estereotipo, porque siempre me escogen para estos controles”.
Pero su situación se complicó por tres elementos: llevaba la maleta de un amigo que se la confió para no tener que pagar demás por su equipaje. “No debí haber hecho eso, pero uno aprende en la práctica”, confesó.
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También llevaba consigo un medicamento llamado Tramal del que dijo no estaba enterada que su transporte era ilícito, pese a que el envase estaba casi que vacío.
El otro hecho que cerró esperanza de continuar su viaje fue el hallazgo de conversaciones que los agentes aeroportuarios encontraron como una “amenaza” para Estados Unidos. Eran supuestas conversaciones en las que planeaba trabajar, algo que se considera irregular para el tipo de visa que le fue asignada, de turista.
“Me dijeron que era una amenaza para el país y que mi acceso estaba negado”, sostuvo. Pese a que suplicó a que le permitieran el acceso las autoridades procedieron a cancelar su visa y continuar con su deportación.
“Sin derecho a ninguna defensa, simplemente decidieron que me iban a deportar (…) Me quedé el resto del día presa en una sala de tres metros cuadrados con un banco, un colchón y un vaso sanitario. Ahí me dieron una garrafa de agua y una comida, de caja, por el día entero”, relató.