Alejada del emporio creado por el diseñador dominicano, pero con su prestigio local intacto, como tienda de ropa usada, sigue abierto en Barranquilla el local ‘Óscar de la Treinta’.
Ayer martes, sus empleados abrieron el almacén con una sensación diferente. 'Desde tempranas horas de la mañana nos han llamado o comentado en la calle diciéndonos: 'oye, ¿a qué horas es el velorio?', '¿A dónde van a sepultar a Óscar?' y cosas así', dijo Daniela Villegas, administradora del local.
Desde que abrió sus puertas hace cuatro años hasta el popular almacén llega una multitud de compradores de todos los estratos sociales, que invaden la tienda esperando encontrar joyas sumergiéndose en olas de ropa. 'Viene gente muy pobre y gente de allá arriba que saben que aquí se consigue ropa muy buena y también viene gente excéntrica que le gusta vestir original. Hay de todo', comenta Villegas.
Sus pisos no son de mármol y en vez de vidrieras de cristal, el visitante es recibido por unas puertas abiertas de las que cuelgan sendas esteras de metal.
Dentro de la tienda todo huele a nuevo, al igual que en las tiendas del verdadero De la Renta. 'Es lamentable que este diseñador se haya muerto porque en parte fue él, quien motivó el nombre de este almacén, pero ahora también se va a cotizar su nombre y su marca', aseguró Villegas, quien también contó que el título del local surgió de una broma que se difundió a nivel oral en Barranquilla. 'Antes decían que estas eran las guacas de ropa de la gente de arriba, del norte y cuando llegaba nuevo surtido ellos no decían que se trataba de ropa usada sino que comentaban que era de allá, de ‘Óscar de la 30’ y así se quedó el nombre'. El almacén de ropa usada ofrece vestuario para niños, hombres, mujeres y chaquetería para el clima frío. Los precios de una prenda usada en De la 30 oscilan entre 3.500 pesos hasta 25.000 pesos.
Del verdadero Óscar de la Renta esta tienda ha tenido el lujo de poner a la venta varias prendas originales del diseñador. 'Sí, me han salido algunos diseños de Óscar de la Renta, legítimos, que hemos puesto en venta. He tenido blusas, vestidos y hasta un blazer de esta marca y apenas colgamos las prendas la gente se las lleva. Se venden como pan caliente', expresó Villegas.
A estos mercados de ropa usada también le dicen ‘guacas’ porque 'uno puede encontrar hasta ropa de marca a precios muy económicos', apuntó Damaris Cotes, cliente del local.
Hasta ‘Óscar de la 30’ han llegado prendas exclusivas de marcas como Liz Claiborne, Tommy Hilfiger, Banana Republic, American Eagle, entre otras.
A kilómetros de Connecticut, Estados Unidos, última morada del creador dominicano, en este lugar en Barranquilla, que evoca su nombre, sus empleados tienen alma de diseñador. 'Ya con tanta ropa que ves aprendes a conocer las telas, estilos y estampados y sabes más o menos que está a la moda. Te conviertes en un pequeño Óscar de la Renta', concluyó Villegas.