Serena, sin derramar lágrimas — porque dice que el dolor lo lleva por dentro,— ha pasado Merly Ariza Orozco, la madre de Edgar David Ariza Orozco, el joven de 21 años que el pasado miércoles lo encontraron decapitado en el Caño de la Auyama. Las siguientes 48 horas, desde la identificación del cadáver, fueron de una oficina a otra tratando de encontrar ayuda económica para poder sepultar a su hijo.
Afortunadamente Pastoral Social le brindó ayuda, que completaron solidariamente sus vecinos del Pasaje del Abecedario, sector del barrio San Roque donde reside. Merly reclamó el cuerpo de Medicina Legal el jueves en la noche, y a las 4:00 de la tarde de ayer lo sepultó en el Cementerio Calancala.
Al ‘Bola’, como le decía a Edgar, lo recuerda como un hijo amoroso. Un joven al que le tocó dejar los estudios para ayudar ‘a meter el billete en la casa’, y al que las malas amistades le abrieron el camino al mundo de las drogas, manifiesta.
A esta mujer de 37 años le ha tocado duro en la vida. Señala que llegó hace 10 años a Barranquilla desplazada de su propia tierra, Arenal (Bolívar), cuando comenzaron a llegar los grupos paramilitares. Ayer hizo una pausa en su dolor y dialogó con la redacción AL DÍA para exigir justicia por el asesinato de su hijo, y alertar a las autoridades, pues tiene temor de que le pase algo malo a ella y a los tres hijos que le quedan.

¿Qué se siente enterrar a su hijo en esa condición, sin su cabeza?
Solo se me viene a la mente que los que hicieron eso no tienen corazón. Que son capaces de hacerlo, incluso, con sus propios familiares.
¿Cuándo fue la última vez que vio a su hijo con vida?
El lunes festivo a las 7:00 de la noche, cuando salió a donde seguramente lo citaron para matarlo.
¿Cuál fue la rutina de su hijo ese día?
Se la pasó durmiendo toda la mañana, luego de levantarse comió y después se puso a escuchar alabanzas. Recuerdo que cuando terminó me dijo que sentía su mente despejada, que estaba relajado. Pero como a las 7:00 de la noche lo vi que estaba como desesperado.
¿Le preguntó por qué estaba así?
Él se sentía mal, me dijo que el viernes en la noche le dieron una mojarra que le había sentado mal. El sábado amaneció todo raro, no recordaba quién era, me decía: ‘Ajá y tu quién eres’. El domingo pasó relajado, pero el lunes a las 7:00 lo noté otra vez raro.
¿Le dijo dónde había recibido esa comida?
Se la dieron donde la muchacha con la que estaba vacilando.
¿Antes de salir ese lunes le dijo algo en especial?
Me dio un beso en la frente, y me dijo: ‘Mami cuida a mi hermano que también le quieren hacer daño. Dile que se aferre a Dios y que no deje de ir a la iglesia’.
¿Y sabe de dónde proviene esta amenaza contra su otro hijo?
No sabía que mi otro hijo también estaba amenazado. La única que yo supe es la de falda esa, la del esposo de Sandra Quiroz, la mujer con la que estaba vacilando Edgar.
¿Dónde conoce Edgar a esta mujer?
Ella vive diagonal a la casa. La relación nace porque ella lo endulzaba y le coqueteaba, y él (Edgar) como todo hombre le correspondía. Era una mujer mayor que lo supo envolver.
¿Cómo reacciona usted cuando se entera de esa relación?
Le dije que tuviera mucho cuidado porque el esposo de ella estaba preso, y hacía tres meses estaba en libertad.
¿Cuál es el nombre de esta persona, y cómo fue la amenaza que le hizo a su hijo?
Se llama Orlando Hernández Jiménez. Él como que le dijo a su esposa que llevara a Edgar a una residencia, que allá le iba a mochar la cabeza.
¿Qué día se produjo esta amenaza?
Eso fue el jueves de la semana pasada. Ese tipo antes de la amenaza lo venía buscar y lo sonsacaba. Le decía que si no dejaba a su mujer iba a sufrir la consecuencias por su ofensa, pero él nunca se dejó provocar. Yo también le decía que no peleara porque esa mujer no vale la pena. Varias veces se lo dije (...) Esa es mi prueba de que esa persona es sospechosa de lo que le pasó a mi hijo.
¿Qué otras versiones han surgido o escuchado del asesinato de Edgar?
Me dicen que un tal ‘Chino’, de una banda criminal, fue quien le cortó la cabeza a mi hijo por mandado del marido de esa mujer, que también parece ser de ese mismo grupo.
¿Esta persona ha vuelto aparecer por el barrio?
El miércoles en la tarde, después de que encontraron el cuerpo, vino aquí a ver si yo está llorando, a burlarse de mi, pero siempre mantuve la serenidad porque no había confirmado que fuera mi hijo. También dicen que le preguntó a la mujer sobre lo que le había pasado al ‘Bola’, pero no le dijo nada. Me lo volví a encontrar como a la 1:00 de la madrugada del jueves, cuando confirmé que era mi hijo. Recuerdo que salí corriendo a la calle diciendo que era el ‘Bola’, y me doy cuenta que él (Orlando Hernández) viene bajando por la calle con una sonrisa, como burlándose de mi.
¿Cómo describe a su hijo?
Era una gran persona, irreemplazable. Con sus hermanos era muy especial.
¿Qué le gustaba hacer?
Le gustaba la rumba, pero era bastante sereno. Ayudaba con los gastos de la casa y con los oficios. Se rebuscaba como reciclador y como albañil.
¿Qué le pide a las autoridades?
Les pido que me ayuden a encontrar su cabeza, y que sus asesinos respondan por lo que le hicieron.
¿Tiene temor por usted y sus otros hijos?
Sí, pero me voy a quedar aquí, no tengo para dónde ir. Que sea lo que Dios quiera.