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Hace mucho tiempo que los habitantes del Guaviare dejaron la incertidumbre y el desasosiego al andar tranquilos por su territorio, que una vez estuvo marcado por la violencia.

Ahora, su mejor aliada es la esperanza. Los excombatientes viven como cualquier civil, los indígenas promueven su cultura y la naturaleza envuelve la vida de los guaviarenses.

Su selva, ríos, cascadas, lagunas, pozos naturales y estructuras rocosas hacen de San José del Guaviare el destino perfecto. Caminar por sus calles y encontrarse a niños y jóvenes Nukak, una de las pocas etnias indígenas nómadas que queda en el país, es un verdadero regalo.