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Se le conoce como la Ruta de los Seismilies, y se trata de uno de los recorridos más hermosos y desafiantes que se despliegan a lo largo de la Cordillera de los Andes chilena, haciendo de esta aventura un regalo para el ojo y el alma con paisajes únicos y excepcionales, que solo se viven en este paraje austral.

Hay varias opciones a la hora de emprender este trayecto que se interna por la Cordillera y se abre como un abanico multicolor que tiene como fondo uno de los cielos más hermosos del sur de continente. Una buena opción es arrancar tu primer día de travesía desde Copiapó, ciudad al norte de Chile en pleno Desierto de Atacama.

Allí, hay opciones de alojamiento en refugios de montaña o en campings; esta última opción se recomienda, sólo si se cuenta con equipo y si se trata de un viajero experto en montaña, ya que buena parte del recorrido de los Seismiles se hace sobre los cuatro mil metros de altura.

La ruta comunica con el portezuelo de Maricunga (a la altura de los cuatro mil metros sobre el nivel del mar) con una maravillosa vista del Macizo Tres Cruces (a 6.749 metros) y el Parque Nacional homónimo, en la zona norte. Al bajar la cuesta, se encuentra el primer gran atractivo de las Ruta de los Seismiles: la Laguna Santa Rosa, a 3.762 metros sobre el nivel mar en los predios de este parque.

Allí se encuentra un refugio adaptado para los viajeros o zonas de camping. La laguna sorprende con un mirador y senderos para observar la flora y fauna dentro de la que sobresalen guanacos, vicuñas y lamencos. Rumbo al sur de la laguna, sobre una de las colinas, hay un mirador hay información sobre los cerros del sector.