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Varios cocineros de Colombia buscan sortear el cierre de sus locales por la emergencia sanitaria del coronavirus con iniciativas que llevan a la puerta de casa de los bogotanos y los cartageneros creaciones gourmet en un abrir y cerrar de ojos.

Sus ejemplos de emprendimiento fueron este viernes compartidos en un taller organizado por el Basque Culinary Center (BCC) de España en Instagram, que reunió a jefes y creadores de restaurantes reconocidos de Bogotá y Cartagena de Indias.

Los establecimientos intentan sobrevivir el cierre con entregas a domicilio y adoptan el concepto asociado normalmente a las cadenas de comida rápida, pero con ofertas con el sello del chef, como en el caso del restaurante Celele, en el colorido barrio de Getsemaní de Cartagena de Indias.

Creatividad en casa

'Empezamos a hacer los domicilios hace tres días con una oferta de platos no costosos, que solucionen el día a día y con ingredientes locales, de agricultores del Caribe colombiano' explicó en la videoconferencia Jaime Rodríguez, cocreador de Celele.

El Chato, un espacio de alta cocina en Bogotá pensado por Álvaro Clavijo y séptimo lugar en la lista ‘Latin America's 50 Best Restaurant’ en 2019, tuvo el reto de 'crear un negocio desde cero' por la pandemia al implantar las entregas a domicilio 'sin perder la calidad'.

Con la carta que ofrece El Chato, con cócteles incluidos, el comensal puede elegir desde casa un plato de lujo con ingredientes semicocinados con un precio de unos 30.000 pesos (unos 8 dólares) y terminarlo en el horno de su hogar, un proceso con el que Clavijo busca 'involucrar' a la gente.

'No lo veo como un negocio, lo veo como una forma de supervivencia porque no estamos recibiendo ninguna ayuda', enfatizó Clavijo sobre las dificultades que está viviendo el sector tras el cierre de la venta al público.

Sortear la dificultad económica

Con Clavijo coincide Andrés Encinales, gerente del Grupo Takami, que tiene diez marcas y 27 restaurantes Bogotá.

'Los domicilios no van a reemplazar el negocio que teníamos', dijo y explicó que el Grupo Takami nació de un proyecto de final de carrera bajo un formato de sushi bar para los amantes de esta comida asiática.

Takami ya hacía domicilios y de hecho, estos se han visto reducidos, explica Encinales.

Por eso crearon la plataforma en línea 'Despensa Takami', en la que se pueden comprar productos frescos, lácteos y vegetales gourmet y sostenibles de los 800 proveedores que abastecen sus restaurantes para ayudarlos a sobrellevar el temporal económico.

Por otra parte, la preocupación por el medio ambiente caracteriza muchas de las propuestas gastronómicas colombianas como en el caso de Elektra, un restaurante 'fast-food' vegano que aterrizó en el barrio de Quinta Camacho, el centro culinario de Bogotá, apenas hace siete meses y que ya había dado mucho que hablar.

En el caso de Elektra, tuvieron que pensar cómo hacer sostenible la entrega a los domicilios y encontrar empaques biodegradables de los patés, salsas y yogurts veganos que ofrecen, entre otros productos, para sortear la caída de las ventas, explicó su creadora, Denise Monroy.

Restaurantes solidarios

También hay restaurantes que ofrecen menús solidarios para las familias vulnerables durante la cuarentena.

La hamburguesería Sierra Nevada, por ejemplo, ha repartido 60.000 menús a barrios de Bogotá donde la cuarentena impactó con más fuerza las economías familiares.

Sierra Nevada tiene una alianza con el gobierno municipal, consiguió unir a 35 restaurantes y, a través de la aplicación móvil de domicilios Rappi, cualquier persona puede donar este menú por 7.500 pesos (unos 2 dólares).

Con estas propuestas, los restaurantes buscan llenar de sabor la cuarentena de los colombianos y son un ejemplo de innovación en tiempos difíciles.