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Quiero agradecer que por segundo año consecutivo los líderes del Atlántico en distintos ámbitos me hayan escogido como el columnista más leído en la 16 versión del Panel de Opinión 2024 de Cifras y Conceptos. Igual agradecimiento expreso a mis lectores que consagran un rato de su tiempo a esta columna semanal. Presumo que, en parte, el interés que despierta este espacio de EL HERALDO se ha incrementado por la sostenida y firme batalla de los últimos dos años contra Ciudad Mallorquín.

En una columna pasada dije que el colmo sería que el Grupo Argos exhibiera este proyecto en la COP16 como modelo de paz con la naturaleza. Y el colmo se cumplió. Su director ambiental, el señor Carlos Cuello, tuvo tribuna en Cali y allí no tuvo vergüenza alguna para presentar a Ciudad Mallorquín como un referente de desarrollo sostenible. Según la información divulgada, el proyecto fue presentado en el evento ‘Biopolis 2024: Paisajes e infraestructuras vivas para comunidades saludables’.

Es vergonzoso que el Grupo Argos se jacte de un parque de 4,5 hectáreas como una muestra de Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN) cuando para ello ha matado un bosque de 80 hectáreas. Suena a sarcasmo cruel que el Grupo Argos sostenga que en Ciudad Mallorquín tuvieron el cuidado de “priorizar la naturaleza y maximizar los servicios ecosistémicos para la salud humana”.

Se atreve a decir también el Grupo Argos que en la convalidación del ecocidio de Ciudad Mallorquín ha tenido el acompañamiento de la ciencia en biodiversidad representada por el Instituto Alexander Von Humboldt. Nos gustaría conocer el documento o el concepto donde ese instituto respalda las terribles afectaciones causadas al ecosistema.

Me extraña, además, ese acompañamiento. Y lo digo porque el Instituto Humboldt creado en 1993 está vinculado al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, cuyo informe técnico sobre la Ciénaga de Mallorquín cuestiona que entre Barranquilla y Puerto Colombia se estén adelantando “proyectos urbanísticos que no corresponden con una visión de adaptación al cambio climático”. Esta afirmación del ministerio no es nada coincidente con las falaces aseveraciones del Grupo Argos en la COP16, a la que no asistimos porque la ministra Susana Muhamad, presidenta de esta cumbre, no tuvo la gentileza de invitarnos. Lo cual nos tiene sin cuidado porque con el ministerio o sin el ministerio de Ambiente seguiremos en la brega.

Con el Grupo Argos hay que estar en guardia. Ahora se han inventado el slogan engañabobos SBN como si con este se pudiera corregir el irremediable arrasamiento que está ocurriendo ante nuestros indignados ojos.