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 La Alcaldía Mayor de Cartagena  adoptó un paquete de medidas de obligatorio cumplimiento que buscan devolverle la tranquilidad a cartageneros y visitantes que, cansados, venían siendo víctimas de ruido excesivo y desórdenes ocasionados por una nueva generación de ‘chivas rumberas’, alejadas del concepto tradicional de este medio de transporte, concebido en su momento con fines recreativos y de sano esparcimiento.

Según reportes de operativos realizados por las autoridades, en algunas chivas se ha encontrado consumo de licor sin control, incluso por menores de edad, y uso de sustancias alucinógenas; esto, conjugado con la afectación vial, el mal parqueo y el ruido que emiten en barrios residenciales de la zona turística de Cartagena, obligó a la administración de Dumek Turbay a tomar cartas en el asunto.

El Decreto es bien recibido por los habitantes de barrios como Bocagrande, Castillogrande, El Laguito, Centro Histórico, Getsemaní y Pie de La Popa, quienes hace años claman por controles más estrictos a estas “discotecas ambulantes que se convirtieron en un dolor de cabeza para la calidad de vida, el tráfico y la sana convivencia y seguridad”, según expresa Andrés Rico, presidente de la Junta de Acción Comunal de Bocagrande.

Prohibiciones

- Uso de Cornetas y dispositivos para producir ruido
- Uso de luces intermitentes o de alta intensidad, similares a las usadas por la fuerza
pública o cuerpos de emergencias.
- Música en vivo en los vehículos
- Exceder la capacidad de pasajeros estipuladas en la licencia de tránsito o capacidad
transportadora.
- Consumo de bebidas alcohólicas durante los recorridos.