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Las agencias espaciales europea (ESA), estadounidense (NASA) y japonesa (JAXA) anunciaron este jueves que trabajan juntas para examinar desde el espacio el impacto de la pandemia de la COVID-19 sobre el medioambiente y la humanidad.

Desde el bautizado como Panel de Control de Observación Terrestre de la COVID-19, las agencias combinarán los datos de sus satélites con instrumentos de análisis para registrar perturbaciones en la calidad del aire y el agua, el cambio climático, la actividad económica o la agricultura.

En la presentación de la plataforma, el director de Programas de Observación Terrestre de la ESA, Josef Aschbacher, destacó la importancia de que los tres organismos 'puedan volcar sus datos para mostrar el impacto de la pandemia en diferentes regiones'.

Para Thomas Zurbuchen, de la NASA, el observatorio parte de la 'necesidad de actuar más rápido' ante la pandemia, por lo que el resultado de juntar fuerzas 'será mucho más potente' y permitirá apreciar mejor 'cómo van cambiando los patrones de la actividad humana y cómo esto afecta al planeta'.

Los datos recopilados podrán servir de base a responsables políticos, pero también al público en general, para analizar las consecuencias a corto y largo plazo de las restricciones y confinamientos obligados por el coronavirus y de los efectos de la reanudación posterior de la actividad.

El panel de control añadirá nueva información y observaciones adicionales en los próximos meses, agregó Zurbuchen.

'Es una oportunidad de maximizar el valor de nuestros propios datos de observación', subrayó Koji Terada, vicepresidente la JAXA.

Ya desde el pasado mes de abril, las tres agencias formaron un grupo de trabajo en el que identificaron las principales transmisiones por satélite de cada una de ellas para procurar información sobre la actividad agrícola y económica a escala global.

Los cambios en la calidad del aire y la reducción de la actividad industrial fueron dos de los primeros impactos que se pudieron apreciar desde el espacio tras el comienzo del confinamiento, gracias a la información sobre el dióxido de nitrógeno (NO2) y el dióxido de carbono (CO2).

Según Aschbacher, algunas observaciones ya realizadas han sido la densidad de automóviles en las carreteras, que fue declinando a medida que más países decretaban el cierre, o las colas de camiones entre fronteras nacionales, como entre Italia y Austria, que es 'útil para que los políticos puedan tomar decisiones'.

'Cuenta la historia de lo que está pasando, pero ayuda también a las soluciones que están por venir. Desata el poder de la innovación para entender muchas áreas de nuestra economía, como la agricultura o el transporte de mercancías', dijo el responsable de la ESA.

Las tres agencias destacaron sobre todo que los datos están disponibles en código abierto, a partir de información recopilada sobre todo por satélites, en el caso europeo, por el programa Copérnico.