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Un equipo interdiciplinar de investigadores ha descubierto un nueva técnica para almacenar en el ADN información con 'una precisión y eficiencia sin precedentes' y han hecho la prueba con 'El mago de Oz' traducido al esperanto, según un estudio que publica este lunes PNAS.

La técnica aprovecha la capacidad de almacenamiento de información de las hebras entrelazadas de ADN sintético para codificar y recuperar información de una manera que es a la vez duradera y compacta, según un comunicado de la Universidad de Austin (EE.UU).

'El avance clave es un algoritmo de codificación que permite la recuperación precisa de la información incluso cuando las cadenas de ADN están parcialmente dañadas durante el almacenamiento', dijo Ilya Finkelstein, profesor asociado de biociencias moleculares y uno de los autores del estudio.

Los humanos están creando información a un ritmo exponencialmente mayor que antes, lo que contribuye a la necesidad de una forma de almacenar más información de forma eficiente y que dure mucho tiempo. Empresas como Google y Microsoft están entre las que exploran el uso del ADN para almacenar información.

'Necesitamos una forma de almacenar estos datos de manera que esté disponible cuando y donde sea necesario en un formato que pueda ser legible', según el investigador.

Esta idea aprovecha lo que la biología ha estado haciendo durante miles de millones de años: almacenar mucha información en un espacio muy pequeño que dura mucho tiempo. 'El ADN no ocupa mucho espacio, se puede almacenar a temperatura ambiente, y puede durar cientos de miles de años', indicó Finkelstein.

El ADN es unos cinco millones de veces más eficiente que los métodos de almacenamiento actuales y no requiere de refrigeración permanente. El problema es que es propenso a los errores y, cuando un código genético tiene errores, es muy diferente a cuando se producen en un código de ordenador.

Los errores en los códigos informáticos tienden a aparecer como puntos en blanco en el código, mientras que en las secuencias de ADN se muestran como inserciones o eliminaciones.

El problema es que cuando se borra o añade algo en el ADN, toda la secuencia se desplaza, sin puntos en blanco para alertar a nadie, explica la nota.

Hasta ahora, cuando la información se almacenaba en ADN, el trozo de información que había que guardar, como el párrafo de una novela, se repetía 10 o 15 veces, así cuando la información se leía, las repeticiones se comparaban para eliminar cualquier inserción o eliminación.

El equipo ha encontrado una manera de construir la información de unan forma más parecida a una red, así 'cada pieza de información refuerza a otras. De esa manera, solo necesita ser leída una vez', destacó Stephen Jones, otro de los firmantes.

El lenguaje que los investigadores desarrollaron también evita las secciones del ADN que son propensas a errores o que son difíciles de leer.

Para demostrar la recuperación de la información del ADN, el equipo sometió su código del 'Mago de Oz' a altas temperaturas y a una humedad extrema, pero aunque las cadenas de ADN resultaron dañadas 'toda la información fue decodificada con éxito'.