Los planetas rocosos del interior del Sistema Solar (Mercurio, Venus, Tierra y Marte) se formaron medio millón de años antes que el resto, según un estudio llevado a cabo por científicos de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (EPFZ) y otras instituciones europeas.
La investigación, en la que también colaboran estudiosos alemanes y británicos, afirma que los primeros elementos de esos cuatro planetas internos se formaron hace 4.500 millones de años, cuando el Sistema Solar no era más que un disco de gas y de polvo.
De acuerdo con el estudio, ese disco de gas contenía un isótopo radiactivo, el aluminum-26, que calentó los planetas desde su interior para formar de esta manera el agua, la lava y el vapor.
Medio millón de años después, gracias a que este isótopo había desaparecido, se formaron los gigantes de gas y hielo del Sistema Solar externo: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
'Su formación comenzó más tarde, pero fue mucho más rápida que la de los planetas internos', afirmó el investigador de la Universidad de Oxford al frente del estudio Tim Lichtenberg, quien explicó que los últimos planetas crecieron hasta su tamaño actual a raíz de colisiones y acumulaciones de polvo.
Según la EPFZ, el planeta Tierra recibió más tarde agua adicional del Sistema Solar externo, gracias a la fuerza gravitatoria de Júpiter.