La salida de Ricardo Bonilla del gobierno de Gustavo Petro no solo puede ser analizada como un tema de responsabilidad política tras ser salpicado en el escándalo de corrupción de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo, Ungrd. El exfuncionario, uno de los hombres de su gabinete en los que más confiaba el mandatario, era la persona con más capacidad del Ejecutivo para hacer realidad las visiones sobre el manejo de las finanzas públicas de Petro. Además, tenía la compleja tarea de mantener estables los mercados económicos colombianos y conseguir en el Congreso de la República los recursos que hoy le hacen falta al Estado de cara al 2025.
La renuncia del economista, que ha significado un duro golpe para la izquierda, que pierde una de sus mejores fichas, ha alterado un poco las aguas fiscales del país. La incertidumbre se ha tomado diferentes sectores, que miran con recelo los nuevos movimientos que hará Petro en este sentido.
“La solicitud de renuncia al ministro Ricardo Bonilla por parte del presidente Petro marca un momento crucial para la economía del país. La gestión del ministro fue clave para mantener el equilibrio económico, respetando la regla fiscal y asegurando la sostenibilidad en tiempos de desafíos significativos”, explicó María Claudia Lacouture, presidente de Aliadas.
En este sentido, de acuerdo con la directiva gremial, el sucesor del ministro Bonilla debe ser “una figura con experiencia y credibilidad, capaz de mantener la confianza de los mercados y garantizar la sostenibilidad fiscal del país” .
Petro pareció haber encontrado esa persona al interior del mismo Ministerio de Hacienda, pues nombró como su tercer ministro al actual ‘vice’ de esa cartera, Diego Alejandro Guevara, de 39 años –el menos experimentado entre Bonilla y el primer encargado de la cartera, José Antonio Ocampo–, pero quien se ha destacado como profesor asociado e investigador en la Universidad Nacional, la Fundación Escuela para el Desarrollo, Universidad de La Sabana y La Javeriana. Además, ha sido consultor de la Agencia Francesa para el Desarrollo en temas de macroeconomía y cambio climático.
“Me ha acompañado en todo mi gobierno como viceministro de Hacienda, y comprende a profundidad los actuales problemas alrededor de la hacienda y la economía colombiana”, anunció el jefe de Estado.
Los mercados, entre tanto, reaccionaron bien a su nombramiento, y lo vieron como un signo de continuidad para el manejo de la política macroeconómica, pues de miércoles a jueves se revirtió la tendencia negativa de los bonos nacionales por la crisis con Bonilla, y hubo una leve recuperación.
Bonilla, al despedirse, hizo su balance optimista: “Llevamos 21 meses controlando la inflacion, la recibimos en 13,34 % y la entregamos en 5,20 %. (...) Y la inflacion esperada para 2025 es de 3 %, dejamos la economía en su condición más favorable en materia de generación de poder de compra, (...) estamos recuperando el crecimiento económico, debemos terminar este año entre 1,8 % o 2 % y en el 2025 estaremos en 3 %”.
No obstante, la realidad es que el vaso está medio vacío: por falta de consensos con el Congreso no hay ley de financiamiento para equilibrar las finanzas de 2025 por lo que faltan $12 billones; no se ha expedido el decreto del Presupuesto 2025 que fue negado por el Congreso en medio de críticas por los recortes presupuestales ($28 billones) a que se vio obligado el Ejecutivo este año por el bajo recaudo (a octubre iban $223 billones, mientras que en 2023 fueron $240 billones), hay un escaso crecimiento de la economía (se esperaba un 3 % y va por un 2 %) y están los ‘chicharrones’ de la falta de plata para nuevos créditos del Icetex en 2025 (se necesitan $1,4 billones y solo se han asignado $495 mil millones) y la antesala de la reforma al SGP que aumenta las transferencias a las regiones del 23,8 % al 39,5 %.
Líos en la Comisión de Crédito Público
La renuncia a la Comisión Interparlamentaria de Crédito Público (CICP) de los congresistas Karen Manrique y Wadith Manzur, investigados por la Corte Suprema de Justicia, tiene bloqueada a esa instancia.
La Comisión no pudo sesionar el pasado lunes por falta de ‘quorum’, lo que pone en aprietos al Gobierno nacional, que busca la autorización en el Congreso de la República para pedir créditos internacionales en un momento de dificultades con el Presupuesto General de la Nación.