Arrecia la tensión entre la Corte Suprema de Justicia y el presidente Gustavo Petro en los últimos días.
Esto luego de que el máximo tribunal de la justicia ordinaria se rehusara a recibir una condecoración del mandatario argumentando la autonomía judicial y la división de poderes.
Petro, por su parte, publicó en sus redes sociales este martes: “Vuelvo a hacer público un ‘trino’ de hace meses para que se eviten confusiones”, escribió, compartiendo una publicación del pasado 8 octubre en que se leía: “Solo la Corte Suprema de Justicia como institución se paró contra la gobernanza paramilitar. Quiero condecorar a esos magistrados perseguidos con la Cruz de Boyacá”.
Se refiere el jefe de Estado al escándalo que denunció cuando era parlamentario en 2002 por los nexos de políticos con grupos paramilitares, por los que la Corte Suprema de ese entonces, enfrentada también con el expresidente Álvaro Uribe, condenó a unos 60 congresistas.
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En esta ocasión la Sala Plena de la Corte tomó la decisión de “no aceptar” la condecoración Orden Nacional al Mérito en el grado Cruz de Plata anunciada por Petro y que iba a ser entregada el próximo 14 de diciembre en Quibdó, pero el alto tribunal no la aceptó con el fin de “preservar los principios de autonomía e independencia judicial”.
Esto, además, luego de que la semana pasada el magistrado José Joaquín Urbano Martínez pidiera posesionarse ante la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia y no ante el presidente de la República, como se acostumbra.
El presidente de la Corte Suprema, magistrado Gerson Chaverra, destacó: “Esta ceremonia es un acto de independencia, autonomía y dignidad que responden a un contexto que no podemos ignorar: la primera posesión de un magistrado en nuestra casa de justicia constituye un acto de respeto hacia las instituciones que representamos y hacia la ciudadanía que confía en nosotros para defender sus derechos”.
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Pero estos no son los primeros desencuentros entre Petro y el alto tribunal, pues los cuestionamientos y desaires protocolarios van y vienen a lo largo y ancho de lo que va del gobierno actual.
El 1 de diciembre de 2022 se puede decir que empezó la pelea cuando Petro no asistió a la posesión de los magistrados Juan Carlos Cortés, de la Corte Constitucional, y la barranquillera Marjorie Zúñiga, de la Corte Suprema de Justicia. Por ello, Vladimir Fernández, entonces secretario jurídico, tomó el juramento apoyado en un decreto que se improvisó y que ocasionó que la cúpula judicial optara por no asistir a la ceremonia protocolaria.
Luego, el 8 de febrero de 2024 durante la elección del fiscal general, el presidente de la República convocó movilizaciones mientras la Corte Suprema debatía la elección, lo que fue interpretado por los magistrados como una presión del mandatario.
Posteriormente, en agosto, la ausencia del jefe de Estado en el encuentro de la jurisdicción ordinaria celebrado en Chocó por la Corte Suprema fue vista como un distanciamiento.
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El 2 de septiembre de 2024, durante la posesión de Iris Marín como defensora del pueblo, Petro comentó refiriéndose a Chaverra: “Poco entiendo de por qué los hombres negros puedan ser conservadores”, que en la opinión pública no cayó bien e incluso fue tildado de racista.
Esto desencadenó que luego, durante la posesión de Claudia Regina Expósito como magistrada del Consejo Superior de la Judicatura el pasado 17 de septiembre, los magistrados de la Corte Suprema de Justicia no asistieran a la Casa de Nariño.
