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El canciller Luis Gilberto Murillo explicó en la mañana de este miércoles que acordó con la administración de Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, la llegada de hasta ocho vuelos semanales con migrantes irregulares.

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“Tenemos acuerdos para hasta ocho vuelos semanales de retorno de connacionales. Actualmente, EE. UU. está utilizando cuatro y asumimos que con la nueva administración van a utilizar el cupo completo”, explicó el funcionario.

En este sentido, Murillo indicó que debe haber una robusta coordinación regional ante las posibles repercusiones con la posesión presidencial de Trump.

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“En primer lugar, ha hablado mucho de lo relacionado con migración, hay temas de comercio también que tendremos que entrar a discutir y obviamente tienen un enfoque distinto del abordaje de la política de control de fiscalización de drogas, sobre todo del tráfico de cocaína y en ese sentido tendremos que entrar a discutirlo para ver cuáles son esos nuevos énfasis de la nueva administración”, agregó.

Aumento de cruces irregulares

El número de detenciones de migrantes en la frontera sur de EE.UU. aumentó ligeramente en diciembre, antes de la llegada el próximo lunes del presidente electo, Donald Trump, a la Casa Blanca.

El mes pasado, las autoridades detectaron un total de 47.300 cruces irregulares desde México, según informó el secretario de Seguridad Nacional (DHS en inglés), Alejandro Mayorkas, en una llamada con periodistas.

Aunque esta cifra representa un leve aumento en comparación con el mes de noviembre, cuando se reportaron unos 46.000 arrestos, Mayorkas aseguró que representa una tendencia de reducción en la cantidad de personas que intentan cruzar hacia EE.UU. desde que el Gobierno de Joe Biden impuso mayores restricciones al asilo.

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”Hemos demostrado que es posible reducir drásticamente la inmigración irregular en nuestra frontera sur y brindar ayuda humanitaria a quienes la merecen”, indicó el funcionario, quien dejará el puesto el próximo 20 de enero.

Trump y el Partido Republicano han criticado duramente la política migratoria del Gobierno de Joe Biden, llegando incluso a intentar someter a Mayorkas a un juicio político para sacarlo de su cargo.Usando una narrativa que ha sido calificada de xenofóbica, el presidente electo acusó a los demócratas de promover la “invasión” del país al permitir la entrada de grupos de migrantes y solicitantes de asilo de países como Venezuela, Cuba, Nicaragua y Haití a través de programas especiales de alivio humanitario.

A su vez, los republicanos culpan al Gobierno demócrata de desatar una “crisis” en la frontera, a pesar de las medidas adoptadas para restringir el asilo que le valió a la Casa Blanca el rechazo de los principales grupos en defensa de los migrantes y los derechos humanos que actúan en el país, como ACLU o Amnistía Internacional.

A modo de reflexión de lo que fue su gestión del DHS, Mayorkas agregó que en los últimos cuatro años, EE.UU. ha “fortalecido y aplicado consecuencias” a quienes ingresan al país sin “una base legal”, al igual que ha ampliado su colaboración con otros Gobiernos para restringir la migración y aumentado las vías “legales y seguras” para entrar a EE. UU.

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En lo que ha llamado un plan para “liberar” al país de la “invasión” migrante, Trump ha prometido acabar con programas como el permiso de ‘parole’ humanitario - que permitía a personas de ciertas nacionalidades emigrar legalmente a EE.UU. -, al igual que CBP One, una aplicación móvil que los migrantes podían usar para pedir una cita y presentarse en la frontera sur.Durante los cuatro años de mandato de Biden, más de 2 millones de personas llegaron a EE.UU., la primera economía del mundo, en busca de mejores oportunidades y huyendo de profundas crisis sociales y políticas en países como Venezuela, Nicaragua o Haití.

Todo el continente americano está registrando cifras elevadas de movimiento de personas, con más de 21 millones de personas actualmente desplazadas, según datos de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur)