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El regreso del polémico republicano Donald Trump a la Casa Blanca ha generado un cataclismo político en el centro y el sur del continente americano. La incertidumbre, generada en gran parte por las nuevas políticas de Washington, que serían bastante alejadas de las ideologías de izquierda que dirigen varios países de la región, tiene en una larga y expectante espera a varios gobiernos que, de una manera u otra, sufren drásticamente las decisiones tomadas en Estados Unidos.

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México, con su crisis de migración; Colombia, que tiene como principal aliado al gigante norteamericano, y Venezuela, enemigo público del ‘imperio yanqui’, son tres de los países de este lado del charco con los ojos fijados en lo que pasa por la cabeza del magnate, que antes de su posesión había dejado claro que su hoja de ruta estará enmarcada en reformas nacionalistas y proteccionistas con relación a seguridad, política exterior y economía, entre otras.

En este sentido, los mayores temores –para México- despertados por Trump se basan en su intención de llevar a cabo la mayor operación de deportaciones en la historia del país, así como reducir drásticamente la entrada de migrantes y solicitantes de asilo. En Colombia, por su parte, las sombras están posadas sobre los nuevos cambios anunciados al TLC, las políticas antidrogas y los lazos de cooperación internacional.

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Además, en Colombia, que históricamente ha tenido buenas relacionados con EE. UU., hay más dudas que certezas debido a que Petro, impulsivo y poco mesurado al momento de criticar acciones que no son de su gusto, no hace parte del séquito de favoritos de Trump y su equipo, que entre otras decisiones, extendió invitaciones de la posesión a Miguel Uribe Turbay y María Fernanda Cabal, del Centro Democrático, dos de los más recalcitrantes opositores del mandatario nacional.

“Yo esperaría que la relación se pudiera llevar a cabo de la mejor forma; sin embargo, las diferencias políticas o ideológicas en la manera de entender la migración, el crimen organizado transnacional, la lucha contra el narcotráfico, puede generar sin duda alguna elementos de tensión y elementos de conflicto entre una relación que tradicionalmente ha sido sólida, como es la relación entre Washington y Bogotá. Yo creo que Washington tratará de presionar de manera directa o indirecta para que Colombia haga más en algunos temas que son prioritarios en la agenda de Washington hoy en día, que es prioritario para la administración que ingresa, el manejo de la migración, el manejo del crimen organizado y, por lo tanto, yo sí creo que va a haber de manera directa e indirecta una intencionalidad mayor para presionar a Colombia en ese sentido”, aseguró Rafael Piñeres Ayala, docente de relaciones internacionales en el Externado.

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“La administración Trump ha sido impredecible tanto en el pasado como ahora. Si bien en el discurso pareciera que va a haber deportaciones masivas, pareciera que va a haber una mayor búsqueda y señalización de inmigrantes que cometen delitos en los Estados Unidos y que se pretenden expulsar, no necesariamente va a ser un proceso automático. Es difícil, logística y presupuestalmente hablando. De tal forma que lo que se puede esperar son medidas mixtas”, agregó el experto.

A pesar del inestable panorama, en Colombia, hasta ahora, las aguas siguen fluyendo debido a que el canciller Luis Gilberto Murillo, un tipo formado y con un lobby importante en los pasillos del poder norteamericano, se mantiene aún como dique de cualquier arrebato de su máximo jefe. No obstante, su supuesta salida del Gobierno dejaría a Petro sin una ficha clave para lograr acuerdos en Washington.

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Sobre esto, la académica Angélica Rodríguez, investigadora del departamento de relaciones internacionales de la Universidad del Norte, advirtió que el principal reto de la actual coyuntura será mantener la diplomacia en medio de las diferencias.

Además, la experta, que considera que EE.UU. tendrá una actitud mucho más restrictiva, agregó que es muy posible que el presupuesto para transferencias de recursos sea recortado.

“La relación Trump - Petro se vislumbra tensa por las diferencias ideológicas y por los desencuentros que han tenido en el pasado. No obstante, Petro sabe que la relación con EE. UU. es estratégica y fundamental, por lo que se buscará la mayor estabilidad posible y acá el rol de la Cancillería como de la Embajada colombiana jugará un rol importante. De hecho, la permanencia de Murillo en el Ministerio de RRII se ha dado, porque Murillo es clave en la relación con los norteamericanos. Es muy seguro que los EE. UU. busquen hacer énfasis, y desde ahí ejercer presión, en temas como narcóticos, migración y Venezuela. La cuestión medioambiental, prioritaria para Colombia, ya no será clave para EE. UU. y tal vez haya más obstáculos para obtención de visa. Sobre la migración se espera una postura más restrictiva por EE. UU., así como la transferencia de menos recursos y menos cooperación en el tema”, aseguró la docente.

Comercio

María Claudia Lacouture, directora de Amcham Colombia, aseguró que, a pesar de las medidas proteccionistas en el comercio internacional, incluyendo el aumento de aranceles por parte de Estados Unidos hacia México, Canadá y China, sumadas a los conflictos geopolíticos, Colombia tiene un abanico de oportunidades para sacar provecho en sus finanzas.

De acuerdo con la organización, el país tiene 144 partidas con Ventaja Comparativa Revelada (VCR) frente a China, 43 frente a Canadá y 37 frente a México.

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“Colombia ya mantuvo una relación respetable y fructífera con la primera administración de Trump. El reto ahora será construir acuerdos que combinen las prioridades de ambas naciones, priorizando temas como migración, seguridad, narcotráfico y comercio justo. Es más lo que nos une que lo que nos separa y el trabajo conjunto entre empresarios de ambos países será un puente de oro para aprovechar las oportunidades de beneficio mutuo”, explicó la ejecutiva.

Sin embargo, Mauricio Salazar, director del observatorio fiscal de la universidad Javeriana, advierte que Trump ve con recelo a Colombia debido a la política de Estado de Petro, un choque diferencial que afectaría al país en temas como la paz y exportación.

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“Donald Trump ya ve al gobierno de Colombia con una ideología completamente diferente a la de ellos y por ende ya estamos por fuera de esa probabilidad de ser de los ganadores en esa guerra comercial entre Estados Unidos y China. La otra cara de la moneda de la política de Donald Trump en términos internacionales va a ser menos dinero para cooperación internacional y eso en cualquier escenario nos va a impactar porque implica menos recursos para el gobierno colombiano, para la paz, para ayuda, cooperación y demás. Pero dado que tenemos al presidente una ideología diferente a la de Trump, pues se va a esperar una contracción aún mayor de los recursos de ayuda de Estados Unidos a Colombia. Por otro lado, también es cierto que se puede esperar una nueva desertificación de Colombia y eso va a implicar que vamos a tener menos posibilidad de exportar a Estados Unidos”, señaló Salazar.

Cambios en la política antidrogas

La política de drogas es otro de los temas en que, a priori, Estados Unidos y Colombia mantienen distancia en la actualidad. Por un lado, Petro apuesta por un enfoque más integral en materia de reducción de cultivos de coca y la producción de cocaína. Trump, por su parte, comparte más las ideas medidas coercitivas y de presión.

Cabe recordar que el año pasado la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc, en inglés) afirmó en su informe anual sobre Colombia que los cultivos de coca crecieron un 10 % en 2023 y alcanzaron las 253.000 hectáreas, lo que supone 23.000 más que en 2022, mientras que la producción de cocaína aumentó un 53 %.

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“El tema de la política de drogas volverá a ser central, tendremos algunas diferencias, pero es importante encontrar un lugar común”, reconoció en su momento el canciller Murillo.

“Tanto EE.UU. es un socio clave para Colombia como lo es Colombia para los Estados Unidos y mucho más en los asuntos de políticas de drogas y vamos a continuar con el carácter bipartidista de esta relación”, concluyó.