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Controlado el ‘incendio’ diplomático ocasionado por las actitudes pirómanas entre Donald Trump y Gustavo Petro, que en más de una ocasión han ratificado su dejadez de la polite que exige la diplomacia, en el tintero de la política internacional quedaron marcados temores e incertidumbres de cara al futuro de las relaciones entre ambos países.

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¿Qué quedó en las cenizas de la crisis? Expertos en política exterior concuerdan en que más allá de quién fue el ganador de este round de mandatarios contrarios, una victoria o derrota que variará dependiendo de la orilla a la que se le consulte, los principales sinsabores corresponden a las desconfianzas que podrían crecer desde los pasillos productivos y comerciales de Washington para invertir en el país

“Creo que el principal activo que se ha afectado es la confianza. Y en ese sentido creo que Colombia de alguna forma ha tenido una situación en la cual ha dañado un papel que ha tenido a lo largo de la historia y es el de ser socio estratégico de los Estados Unidos. Es un ‘impasse’ que ciertamente tendrá un impacto muy importante en las decisiones que tome Estados Unidos, no solo en términos de la ayuda internacional, que puede ser recortada después de este incidente, sino también en futuras negociaciones de acuerdos comerciales, o incluso en apoyo diplomático hacia políticas que está impulsando el gobierno nacional. También se perjudica la comunicación entre ambos países para lograr una cooperación en temas muy sensibles de la agenda como la lucha contra el narcotráfico, la migración y en general sobre el comercio”, explicó el analista internacional Manuel Camilo González, investigador de la Pontificia Universidad Javeriana

En este sentido, el internacionalista Jesús Agreda Rudenko, señaló que los sectores comerciales locales tienen miedos justos con la actual situación debido a que los los inversionistas extranjeros no solo necesitan estabilidad jurídica, sino también internacional.

“No solo es difícil atraer inversionistas debido a los cambios que proponen las políticas sociales y cuya aprobación está lejos de estar asegurada, sino sobre todo se vuelve imposible si nuestro gobierno puede ser sujeto de sanciones económicas internacionales debido a un tweet de nuestro presidente”, dijo.

No obstante, los reparos no se detienen ahí. Los analistas advierten que las malas formas, tanto de Petro como de Trump, dejaron en evidencia –una vez más– los peligros de la “diplomacia de micrófono”, la cual camina casi siempre al borde de un colapso de grandes proporciones, un despropósito si se tiene en cuenta que las relaciones entre Colombia y Estados Unidos –durante más de 200 años de historia– han sido estables y bipartidistas.

“Petro y Trump son dos personajes complejos que de manera reactiva han demostrado tomar decisiones alejadas de la mesura que requiere situaciones como la vivida y que prendieron las alarmas por todas las sanciones comerciales y de restricción de visa que se hubieran generado. Fue posible superar el ‘impasse’, justamente gracias a los contactos y el diálogo establecido por los canales diplomáticos e institucionales, que parece ser estarán de manera frecuente apagando los incendios que inician ambos presidentes”, lamentó Angélica Rodríguez, investigadora del departamento de RRII de la universidad del Norte.

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De acuerdo con la docente, el balance es mucho más gris si se tiene en cuenta que “la moderación que se ha tenido, por ejemplo, en la relación con Venezuela, no se aplicó con EE. UU., principal socio comercial”.

¿Una nueva era?

Más allá de la incertidumbre que hay en el ambiente, el internacionalista Manuel Jaramillo, de la Universidad del Rosario, considera que la actitud desafiante de Petro contra el gigante norteamericano puede establecer una agenda internacional mucho más fuerte para analizar el tema de la migración en el continente, una mirada que contaría, a priori, con un apoyo en bloque de México, Brasil, Venezuela y Guatemala, entre otros.

“Mi lectura es que esta crisis ha quedado del todo solucionada. Gana en algo Trump porque en el pulso termina reculando Colombia, y gana Petro porque puso el tema de los migrantes en la agenda y unió temporalmente a cuatro grandes que son Brasil y México, y a Colombia y Honduras, que son países clave en materia migratoria.

Eso sí, el experto en temas internacionales considera que el mandatario colombiano debe ser mucho más prudente al momento de expresar sus inconformismos contra administraciones con las que no comparte ideologías o posturas.

Yo no diría que sea algo necesariamente malo, creo que aquí entramos a un pulso en el que hay que hacer las cosas de manera más delicada. Petro se equivocó al rechazar esos vuelos, pero algo bueno quedó de todo esto”.

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Petro volvió a lanzar dardos contra Trump

Horas después de haberse resuelto la tensión diplomática con Estados Unidos, el presidente Gustavo Petro se pronunció en su cuenta de X. Aunque no envió un mensaje directo a su homólogo Donald Trump o a la situación como tal, sí se refirió a la salida de Francisco Palmieri como embajador de EE. UU. en Colombia. En su mensaje aprovechó para enviar un nuevo dardo.

“En relaciones internacionales debemos tener claro un principio; podemos llegar a acuerdos provechosos para los pueblos, podemos discutir libremente en las mesas diplomáticas, disentir si es el caso, pero jamás podemos aceptar que se nos impongan condiciones”, aseveró el mandatario.