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En medio del consejo de ministros televisado del pasado lunes, el presidente Gustavo Petro reflexionó con su gabinete sobre la necesidad de “construir un ‘nosotros’ en la sociedad colombiana”, a propósito de las diferencias que surgieron en el encuentro anterior de hace un mes, que dejó un gabinete resquebrajado ante el enfrentamiento que produjo el malestar de algunos de los jefes de cartera con la llegada del controvertido Armando Benedetti al despacho y de Laura Sarabia a la Cancillería.

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El jefe de Estado leyó un fragmento del libro ‘El espíritu de la esperanza’, del escritor Byung-Chul Han, el cual le fue obsequiado por la ministra de Relaciones Exteriores: “Hoy, en nuestra sociedad narcisista, la sangre está encerrada en la mezquina circulación de nuestros egos. Ya no fluye al mundo; faltos de mundo, ya solo orbitamos en torno a nuestro ego. En cambio, la esperanza tiene amplitud, funda un nosotros, en eso se distingue del deseo y la mera expectativa”.

Por ello, el mandatario enfatizó que “fundar un ‘nosotros’ es la acción de la política” y advirtió sobre los riesgos del individualismo extremo en la gestión gubernamental: “Cuando aquí hay una pelea de egos y la egolatría narcisa se vuelve el eje de la política y de la acción administrativa, lo que se excluye es al otro. No es posible formar un nosotros en plural, sino un yo”.

Advirtió que esta actitud puede derivar en actitudes egoístas y violentas: “Me importan un bledo los demás, y puedo pegarle el codazo y, a veces, el disparo al vecino. En una política progresista, amigos y amigas, el nosotros es definitivo”.

Ante esto, sostuvo que “el ego es solitario, es el yo. El ‘nosotros’ es lo colectivo. No se puede cambiar la historia de un país sin un nosotros”.

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Petro también hizo referencia a la diversidad dentro de su gabinete, argumentando que ha resistido las presiones para que este no sea homogéneo: “Nos han metido los dedos en la boca por ello, pero me he resistido a que el gabinete deje de ser diverso en todo el sentido de la palabra: cultural, regional, de género y de visión política. Aquí el aspirante político tiene que irse, porque no podemos gobernar y hacer elecciones al mismo tiempo”.

Planteó que “construir un ‘nosotros’ en la sociedad colombiana” es clave para el éxito del Gobierno. “Si no se trabaja en equipo, fracasamos. El nosotros es fundamental en la sociedad colombiana”.

Finalmente, hizo un llamado a su equipo para que dejen de lado las disputas personales y prioricen el bien colectivo: “Les propongo que cese el ego. Siempre está por ahí, pero pónganlo bajito, a fuego lento; todavía no es el momento del ego. Pongan el ‘nosotros’ por encima, porque la victoria del 2026 depende de que haya un ‘nosotros’ dispuesto a luchar por lo que sabemos: la dignidad. ‘Nosotros’, no yo. Porque si no, es mejor volver hacia atrás, y si volvemos hacia atrás, volvemos a la masacre, vuelve la sangre a correr, no hacia el mundo, sino hacia la destrucción de la sociedad colombiana”.

No obstante, el pasado consejo de ministros, el primero televisado, del 4 de febrero, fue casi que una guerra de egos, en que el propio Petro, basado en un documento que preparó precisamente Benedetti cuando era jefe de despacho, advirtió que de 195 compromisos hechos a los colombianos, se han incumplido 146, es decir un 75 %. Este solo hecho parece justificar el cambio de gran parte del gabinete, a año y medio de culminar su estadía en la Casa de Nariño, hacia uno más funcional, más técnico, pero que también le permita moverse en el Congreso con sus reformas, negociando con los partidos las líneas rojas, y al mismo tiempo con una reducida chequera por el déficit fiscal, con la que tendrá que maniobrar optimizando los gastos, apretándose el cinturón, y todo esto de cara, por supuesto, a las elecciones parlamentarias y presidenciales, a las que sabe que deberá llegar con la mayor cantidad de apoyos posibles, pues la oposición ha tomado la delantera en la intención de voto.

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“Este es el informe de incumplimiento y es fatal, y se lo digo al pueblo, porque me da vergüenza. De 195 compromisos se han incumplido 146. El presidente es revolucionario, el Gobierno no. (…) Es el pueblo el que manda, nosotros somos sirvientes del pueblo, sirvientas del pueblo. Entonces aquí hay 195 compromisos hechos, establecidos con el pueblo, de los cuales 146 no se han cumplido hasta el momento, señores y señoras, anoten”, dijo el mandatario en vivo y en directo.

Uno de los aspectos más llamativos es que el informe de incumplimientos lo habría elaborado Benedetti. Lo que exacerbó los ánimos ante las no pocas polémicas y escándalos que tiene el exsenador y exdiplomático en su haber, que van desde procesos penales por presunta corrupción, supuestas agresiones a su esposa hasta señalamientos por aparentes anomalías en la financiación de la campaña presidencial de Petro.

Por ello, uno de los propósitos del consejo de ministros televisado era presionar a los ministros por los incumplimientos, lo que se le devolvió al presidente de la República en críticas y malestares de la vicepresidenta Francia Márquez; la ex ministra de Ambiente, Susana Muhammad; la ministra de Justicia, Ángela María Robledo; el director de Planeación Alexánder López y el director de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar. Los cuestionamientos giraron en torno a la figura polémica de Benedetti, al ascenso inusitado de Sarabia a canciller y a las fallas de la paz total.

Petro, de inmediato, defendió a Benedetti y dejó entrever que el Gobierno entra en una nueva estrategia de cara al margen de maniobra de las reformas en el Congreso y lo electoral en 2026: “La única razón para que Armando Benedetti esté al lado mío es porque sí tiene una especie de virtud: es ser loco. La locura puede hacer revoluciones. (…) No soy de izquierda, no soy de derecha: soy humanista. (…) Mi proyecto no es el de izquierda, yo no propuse el socialismo. Me gusta y lo he estudiado, pero el socialismo que habrá en el mundo en el futuro no es el mismo del siglo XX. (…) Este Gobierno debe ser de todos los colores. Yo soy un color entre todos los colores del arco iris. Y el Gobierno no debe perder esa sensación. Si no, termina en una secta”.

Y es que al informe de Benedetti, paradójicamente, lo respalda otro reporte del Ministerio de Hacienda sobre la ejecución del Presupuesto 2024, que indicó que los compromisos acumulados fueron de $456,5 billones, lo que representó el 96 % del presupuesto aprobado, pero la ejecución real fue de $394,7 billones, es decir, un 83 % del monto, que es la cifra de ejecución más baja registrada en los últimos 25 años. Entre los sectores con mayor ejecución se destacan Educación (96,4 %) y Salud (94 %). Y entre los de menor están la Presidencia (27,7 %), Deporte (36 %), Agricultura (38,6 %) y Transporte (42,5 %).

Todo este cambio de estrategia que se viene de parte del Gobierno, de cara a lo electoral, además deberá gestionarse en medio de un déficit fiscal que, según Hacienda, alcanzó el 6,1 % del Producto Interno Bruto, PIB, en noviembre de 2024, superando el 4,3 % registrado en 2023 y el 5,6 % proyectado en el Marco Fiscal de Mediano Plazo. Se trata de un nivel de déficit similar al que produjo la pandemia en 2020, cuando llegó al 7,8 %.