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La periodista Jineth Bedoya anunció este lunes que desiste de esperar justicia por el secuestro y abuso sexual de que fue víctima en el año 2000 por parte de paramilitares en una cárcel de Bogotá porque no hay avances en el caso, del que dijo que se encamina a la impunidad.

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“Mi aspiración de justicia ha muerto”, dijo Bedoya en una rueda de prensa en la que leyó una carta dirigida a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) y a la fiscal general, Luz Adriana Camargo en la que añade que “queda para la historia del país la impunidad” de su caso.

La periodista añadió: “Entregué oportunamente todos los elementos necesarios para que se castigara a los responsables de los crímenes que padecí”, y aún así la justicia no llega.

“Le anuncio oficialmente a usted, señora fiscal general Luz Adriana Camargo, así como a los honorables jueces de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que desisto del proceso judicial que se sigue por mi caso en Colombia y dejo constancia ante la comunidad internacional que en mi caso está y quedará en la impunidad”, subrayó.

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Bedoya había recibido amenazas desde 1998 por su trabajo en el diario El Espectador y al año siguiente fue víctima de un atentado contra ella y su madre, a lo que siguió el secuestro y agresión sexual.

El 25 de mayo del 2000, Bedoya fue secuestrada por paramilitares en las afueras de la cárcel La Modelo de Bogotá cuando hacía una investigación periodística.

La periodista estuvo secuestrada 16 horas durante las cuales “sufrió graves agresiones verbales, físicas y sexuales”, según el proceso, y finalmente fue abandonada cerca de la ciudad de Villavicencio.

25 años de espera en vano

“Vi pasar a seis fiscales generales sin que ninguno abanderara con rigor el llevar ante un tribunal a los autores materiales de mi secuestro, tortura, violación y amenazas”, agregó este lunes Bedoya en su carta.

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Por eso, y tras agotarse físicamente “con las sistemáticas revictimizaciones” y seguir “25 años después bajo intimidación de muerte y con un día a día a cuentagotas, mi aspiración de justicia ha muerto”, reiteró.

El 18 de octubre de 2021 la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) condenó al Estado colombiano por violaciones a los derechos de Bedoya al considerar que incumplió sus recomendaciones de protección y garantías judiciales en el caso de la periodista y su madre, Luz Nelly Lima.

Sin embargo, Bedoya denunció este lunes que el sistema de justicia colombiano “no fue diligente, ni tuvo la capacidad de resolver un proceso que se ha denominado, entre comillas, emblemático pese a todas las pruebas, declaraciones y diligencias practicadas”.

Condenado prófugo

Por su parte, Jonathan Bock, director ejecutivo de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), que representa a Bedoya, manifestó que “a pesar del reconocimiento formal de los derechos de las víctimas, el Estado no está adaptado para responder a las necesidad y expectativas de la sociedad”.

Bock explicó que el 9 de septiembre de 2024 se enteraron de que el exparamilitar Jesús Emiro Pereira Rivera, condenado a 40 años de cárcel por el secuestro, tortura agravada y violación de Bedoya, “se encontraba prófugo desde hace dos años”.

Durante ese tiempo, agregó, nadie les informó de la liberación de Pereira, “afectando seriamente no solo las garantías de Jineth sino su vida y su integridad” y además, “en los meses posteriores aumentaron las amenazas” en contra de la periodista.

“La negligencia del Estado colombiano ha permitido que hoy el señor Pereira esté prófugo, anulando este logro (la condena) y significa un retroceso profundo en el proceso de reparación integral”, añadió.

Según Bock, “la Fiscalía se ha limitado a informar que Pereira fue liberado” por un magistrado del Tribunal de Justicia y Paz de Medellín.