Se cumplen este sábado tres años del gobierno de Iván Duque y el pulso de su gestión pasa, por supuesto, por el plan que se había trazado desde un principio, con los principios de legalidad, emprendimiento y equidad, pero sobre todo por lo que ha ocurrido en el último año y medio en el planeta y en el país: la pandemia y el estallido social.
Legalidad
La Casa de Nariño expidió un documento resaltando como logros de los tres años de mandato en esta política de legalidad los números por encima del 90 % de los más de 12 mil exguerrilleros con salud, servicios financieros y proyectos productivos, así como los $7,4 billones invertidos en los municipios PDET, las 17.967 hectáreas de cultivos ilícitos sustituidas y más de 7 millones de víctimas atendidas o reparadas.
De igual modo, destaca la aprobación de las leyes de la prisión perpetua para asesinos y violadores de niños, el Código Disciplinario, la preparación de las primeras elecciones para los Consejos de Juventud, la reducción del área sembrada de cultivos ilícitos un 7 %, la tasa más baja de homicidios en 45 años (24,5 por cada 100 mil habitantes en 2020), 53 cabecillas de grupos criminales neutralizados y la expedición del Estatuto Temporal de Protección para Migrantes.
No obstante, Andrés Macías, PhD en estudios de paz y conflicto, le dijo a este diario que 'una problemática compleja que sigue incidiendo en materia de seguridad y defensa es la violencia contra líderes sociales, defensores de derechos humanos y antiguos guerrilleros. Ese es un punto sobre el que es necesario fortalecer aún más las gestiones del Gobierno'.
Así mismo, señala que 'un gran lunar de su política de seguridad tiene que ver con las denuncias de abuso de la fuerza por parte de la fuerza pública. Esto no deja de ser un punto bajo para la política de seguridad del Gobierno' y agrega en este sentido que hay que trabajar en el proceso de transformación de la Policía: 'El resultado de ese proceso debe empezar a mostrar resultados pronto, ya que recuperar la confianza de la ciudadanía en su policía es el punto de partida para recuperar la figura de autoridad que se ha perdido'.