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Luego de la polémica actuación del Gobierno de Colombia ante la plenaria de la OEA el pasado miércoles, en la que se abstuvo de votar por la resolución que exigía al régimen de Venezuela revelar las actas de las cuestionadas elecciones presidenciales del domingo en el vecino país, la Cancillería emitió el pasado miércoles un comunicado en el que enumera en dos puntos las razones por las cuales tomó esta posición.

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Afirma en primera medida que Venezuela no hace parte formalmente de la OEA desde 2019, por lo que asegura que 'no es el escenario correspondiente' para abordar la situación política del vecino país.

Además, asevera que la OEA ha tomado decisiones en el pasado sobre Venezuela: 'se han apartado de la neutralidad'.

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En segundo término, agrega el Gobierno, 'aboga por mantener el diálogo entre las partes y por evitar la violencia en Venezuela', reiterando la postura expresada por el presidente Gustavo Petro horas antes, en la que solicitó a Caracas 'un escrutinio transparente, el conteo de votos y la veeduría internacional sobre las actas' electorales.

Informa que en las últimas horas Bogotá ha mantenido diálogos con Brasil y México, países que también se abstuvieron, para 'buscar un acuerdo por la convivencia y la paz política en el país hermano'.

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Y confirma que también la Casa de Nariño ha 'sostenido conversaciones constantes' con el gobierno y los sectores de oposición venezolanos.

Concluye el comunicado que esa gestión requiere 'de la mayor prudencia y discreción' debido a que, asegura, 'están en juego la democracia y la paz', anunciando que las actuaciones de Colombia 'seguirán ciñéndose a los principios diplomáticos de confidencialidad, respeto y no injerencia'.