El pasado sábado se venció el cese al fuego con el ELN en el marco de la mesa de paz con el Gobierno y esta guerrilla condiciona la continuación de este cese a que sea sacada de la lista de Grupos Armados Organizados, GAO, y les sea reconocido su estatus político.
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EL HERALDO consultó a expertos en seguridad sobre las implicaciones de esta posibilidad.
Vicente Torrijos, profesor de estudios estratégicos y ciencia política, le dijo a este diario que 'el Gobierno puede manejar esa alternativa pero no en este momento, por cuanto en la lógica de una negociación ese tipo de reconocimientos o de recompensas solo surten el efecto esperado cuando se producen después de que el adversario ha dado muestras fehacientes de modificación de su conducta, de lo contrario surge justamente el efecto contrario, que es el de estimular la conducta negativa'.
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Entonces, agregó el experto en asuntos de seguridad internacional, 'está claro que en el marco de una negociación compleja como esta, ese puede uno de los principales motivadores. Al fin y al cabo de trata de un juego de zanahorias y garrotes, típico de las tendencias estratégicas que conocemos como contencion y disuasión, de tal manera que desgastar semejante opción no sería rentable para un gobierno que tiene que lidiar al mismo tiempo con organizaciones armadas ilegales en muchos frentes de diferente naturaleza y en muchos frentes a la vez'.
A su vez, César Niño, doctor en derecho internacional, seguridad y defensa, comentó en este medio que 'sería un error estratégico, político, de política de paz y de seguridad excluir al ELN de las GAO, precisamente porque esta es una lista que el Gobierno y el Ministerio de Defensa tienen para hacer operaciones estratégicas, tácticas en el territorio con fines exclusivamente estratégicos sobre la lucha contra el crimen organizado'.
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Excluirlas de allí, añadió el catedrático de la Universidad de La Salle, 'abriría una puerta muy peligrosa para un estatus de beligerancia del ELN, y recordemos que este tiene una visión dentro del derecho internacional para los grupos que se les rebelan a los estados ilegítimos o a los gobiernos autoritarios, cosas que no ocurren en Colombia, eso significaría abrir la oportunidad para que el ELN pudiera construir reglas en los territorios legítimamente hablando, es decir podría administrar justicia, administrar seguridad y esto excluiría al Estado Nación'.
Y Francisco Daza, coordinador de la Línea de Paz, Posconflicto y DD. HH. de la Fundación Paz y Reconciliación, Pares, señaló a este periódico que 'en principio no debería ceder el Gobierno y la condición del ELN también tensa mucho más la situación de la mesa de negociación, toda vez que este tampoco ha sido un acuerdo que deba tomarse para prorrogar el cese. Ya también la fuerza pública está al parecer retomando acciones militares, operativos contra ese grupo armado luego del vencimiento del cese y lo que se esperaría es conciencia de la organización para renovar el cese y encontrar un acercamiento pronto y ágil para retomar la mesa que está congelada. Ahora viene el séptimo ciclo y creo que el tiempo va pasando y la dilatación no ayuda a mantener la fluidez en la negociación'.
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Y concluye el analista explicando que este 'e el avance más significativo con este grupo armado y retomar el cese contribuye a que se puedan consolidar los acuerdos, ya hay un acuerdo de participación de la sociedad civil y no se debe dejar perder ese esfuerzo. Y también preocupa que se dé una escalada de violencia por parte del ELN contra la fuerza pública y le meta más gasolina a las dinámicas del conflicto armado'.
