El 3 de diciembre pasado se cumplieron 85 años de haber ocurrido el truculento asesinato de obreros y campesinos de la Zona Bananera del Magdalena, en la histórica plaza de la Estación del Ferrocarril, de la ciudad de Ciénaga, mi tierra natal.

Minor C. Keit fue un audaz aventurero, de la clase alta norteamericana, vinculado inicialmente al negocio ferrocarrilero en Latinoamérica, por el sistema de concesión, quien apareció por estos calurosos trópicos a partir de 1892, cuando compró la compañía “Sander Phillips”, primera empresa exportadora de guineo de la Zona Bananera del Magdalena.

Posteriormente se vinculó con la oligarquía costarricense, mediante matrimonio con la hija de un expresidente de ese país y fundó, con dos socios mas, la United Fruit Company.
Fue llamado el “Rey sin Corona” de Centroamérica, por su poder, riqueza y capacidad de intriga, e inspiró, como personaje central, la célebre novela de Miguel Ángel Asturias de Guatemala, “El Papa Verde”.

La famosa transnacional mencionada muy pronto extendió sus tentáculos económicos en toda Centroamérica y en el departamento del Magdalena, convirtiéndose en un Estado poderoso dentro de otros Estados débiles, sumisos y corruptos, llamados despectivamente, por la opinión pública mundial, las “Repúblicas Bananeras”.

Como ejemplo de estas nuevas colonias económicas y políticas de finales del Siglo XVIII y principios del XX, podemos mencionar a Guatemala, Nicaragua, Honduras, Colombia y Panamá. La poderosa compañía de los E. U., era dueña en América Latina, de las aguas, y canales que regaban la fruta, de los ferrocarriles que transportaban el producto y de los puertos de embarque y exportación.
Es decir, tenían el control y propiedad de toda la infraestructura del lucrativo negocio bananero en esta parte del mundo.

Además de lo anterior, intervenía descaradamente en la política interna de las mencionadas repúblicas, donde imponía a su antojo, a antiguos servidores suyos como presidentes títeres, en Guatemala y Nicaragua.
En Colombia, desde la época de Tomás C. de Mosquera y de Don Marco F. Suárez, tuvo amigos y aliados en la presidencia, siendo el mas ostensible el General Rafael Reyes, quien terminó de propietario de varias fincas bananeras en el departamento del Magdalena, y se fugó del país, por el puerto de Santa Marta, a bordo de uno de los barcos de la “Yunai” disfrazado de cura en 1909, luego de que un movimiento bipartidista lo sacó del poder en Bogotá.
En el último departamento mencionado fue notoria la injerencia de la compañía frutera, en la escogencia y visto bueno de los candidatos a Gobernadores, Alcaldes de Santa Marta, Ciénaga y Aracataca, y financiaba con largueza candidatos a Senado, Cámara y Asamblea departamental, para obtener concesiones futuras en ferrocarriles, puertos, aguas y adjudicación de baldíos nacionales.

(Continuará).
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