Aunque a primera vista la Alianza del Pacífico podría parecer similar a los demás esfuerzos de integración regional en que ha venido participando Colombia, esta decisión tiene características especiales que le permitirán al país jugar un papel fundamental en el comercio mundial, ya que la Alianza desde el punto de vista del comercio integrado reconoce que el comercio de exportación ya no es tan independiente o “autónomo” como lo pudo ser alguna vez.
Las dinámicas competitivas, las economías integradas y la capacidad de abastecer insumos y recursos especializados a nivel mundial están generando una dinámica en la cual se mezclan la importación, la externalización y la inversión extranjera.
Hoy en día, las operaciones de las empresas, desde la concepción del producto y la fabricación de los componentes, hasta el montaje y la comercialización, están repartidas en todo el mundo, dando lugar a cadenas de producción internacionales.
Los exportadores ya no pueden contentarse con producir bienes finales de exportación tan sólo a partir de insumos domésticos, pues el producto final tenderá a ser muy costoso. Bajo el modelo de comercio integrado, las importaciones y el abastecimiento global son esenciales para el éxito y desarrollo de las exportaciones y por ende gozan de mayor atención y recursos. Actualmente, la importación exitosa es un asunto de ventaja competitiva.
El aumento del índice de comercio intraindustrial es un indicador más del cambio del patrón del comercio exterior que se ha operado en las últimas dos décadas. La expansión del comercio exterior observada se asocia no tanto a factores de ventaja comparativa de unas industrias sobre otras, como lo señala la teoría tradicional del comercio internacional, sino que se vincula a la expansión de modelos de producción compartida y a la especialización internacional dentro de cada sector. No podemos pensar en exportaciones de manera aislada. Este concepto tiene que pensarse simultáneamente con el de importación y el de inversión.
Para los países que conforman la Alianza es una oportunidad de reducir la dependencia y fragilidad derivadas de estar concentrado en el mercado Norteamericano y lograr una mayor diversificación. De manera que la Alianza se constituye en una oportunidad para que los cuatro países mejoren sus cadenas de valor, impulsen el comercio interregional, con un mayor valor agregado para ser más competitivos en el mundo y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.
El reto es integrar las capacidades de los cuatro países en el mercado de capitales, en infraestructura y energía, para aprovechar juntos lo que el mundo brinda. Es esta una de las maneras de ser más competitivos.
Hay que tener en cuenta que el comercio del mundo se mueve hacia y desde el pacífico y en particular el Asía Pacífico. China e India son potencias emergentes y grandes proveedores para la economía mundial, tanto en términos de insumos para los bienes manufacturados de exportación como en términos de conocimientos técnicos de externalización, abarcando desde trabajos en la línea de ensamblaje hasta la programación de computadores y los servicios profesionales. No hay que ver a los países de Asía-Pacífico como una amenaza sino una oportunidad porque han tomado el liderazgo en los procesos de encadenamiento en el mundo.
*Profesor del IEEC, Uninorte.