Motivado por el olor nauseabundo en las cercanías de la bahía más linda de América, aquella en donde he pasado momentos felices, al lado de aguas cristalinas que permitían bucear rápidamente una moneda y observar los colores de los peces y animales que frecuentaban los muelles.

Donde la pesca era frecuente y fácil, no recuerdo haber sentido nunca los nauseabundos olores que mencioné, estos parecen provenir del Muelle de Cabotaje y no del Emisario Submarino, producto de descargas residuales evidenciadas en este sector de la Bahía. ¿Se acabarán los tiempos del viejo arcoíris, del aire puro que al lado de la Sierra Nevada nos hacía sentir tan orgullosos? El medioambiente ha venido cambiando, no solo por el aumento del agujero, o disminución de la capa de ozono, sino principalmente por la conducta de acabar el hombre con su propia subsistencia. La contaminación de la Bahía de Santa Marta, como tema de vida de una ciudad que goza de uno de los mejores ecoambientes, es un tema de preocupación para quienes pensamos que sin la preservación del mismo, vamos directo a una muerte lenta, sin necesidad de chikunguña, dengue, ébola u otros virus. En 1997, la Corte Constitucional señaló que “En la bahía de Santa Marta y sector marítimo adyacente se produce la descarga de aguas negras procedentes del Distrito de Santa Marta sin ningún tipo de tratamiento previo. Estas descargas de aguas servidas representan una fuente importante de material orgánico, nitratos, fosfatos y otros componentes químicos contaminantes, así como de bacterias coliformes y otros patógenos fecales.

La anterior situación evidencia la posible peligrosidad de los sectores de baño próximos a la influencia de los sitios de descarga permanente de aguas negras que en la bahía no solo se ubican en el sector de El Boquerón, sino también en la zona portuaria, desembocadura del río Manzanares, sectores de la playa urbana ubicados frente a las calles 10 y 22 con carrera primera, donde descargan emisarios de aguas pluviales y/o combinadas”.

La corte ordenó en su momento, que la Alcaldía Distrital de Santa Marta, en coordinación con el Comité Ambiental Distrital, así como el director de la Corporación Autónoma Regional del Magdalena y las demás autoridades ambientales deberían elaborar y adoptar un Plan de Ordenamiento de los usos del suelo para el Distrito de Santa Marta. De la misma manera, las mencionadas autoridades deberían diseñar los planes requeridos para la adopción de un sistema de pretratamiento de las aguas residuales, con el fin de disminuir la carga contaminante, conforme a lo expuesto. La evidencia muestra que a pesar de algunas acciones, no se ha dado cumplimiento a lo ordenado. La presencia de sustancias tóxicas, y de un gran aumento de las bacterias coliformes constituye un peligro cada vez mayor que pesaría mucho sobre la supervivencia de las especies, inicialmente los que se encuentran en el mar y posteriormente extendida a todos, incluyendo a los humanos.

La muerte por alteraciones en el ecosistema ya es evidente y la única manera de disminuir el impacto sufrido es reaccionar positivamente para evitar ser culpables de un suicidio colectivo de especies. Autoridades, líderes y empresas, y en general toda la comunidad, debemos trabajar por evitar un impacto irreversible de la contaminación de la bahía.

alvillan@hotmail.com