Pregunta: ¿Qué es pagar el pato? N. S., n. d.

Respuesta: Cuando alguien padece las consecuencias de una conducta o de una situación ajenas se dice que está “pagando el pato”. En los siglos XIV y XV, los hebreos en España afirmaban que su fe era sólida porque desde los días de Abraham habían celebrado un pacto con Dios que les garantizaba ser el pueblo elegido. Los cristianos, responsabilizándolos de cuanta desgracia ocurriera, les decían que, pese al pacto, ellos adoraban a una tora, aludiendo con humor a la hembra del toro (se referían a la Torá, los cinco primeros libros de la Biblia), y los agredían para que pagaran por el incumplido pacto con Dios. La expresión era “pagar por el pacto”, y luego “pagar el pacto”. Más tarde, ‘pacto’ perdió la ‘c’ y se convirtió en ‘pato’.

P.: ¿Cuál es el origen de la expresión ‘paquete chileno’ que oigo en la Costa? ¿Se usa también en el resto del país? Henry Muller, Barranquilla

R.: Se usa en todo el país. Es una vieja modalidad de estafa en la que el ladrón se vale de la ingenuidad de alguien para hacer que mediante un ardid le entregue dinero y objetos de valor a cambio de un grueso fajo de billetes que ambos han encontrado simultánea y casualmente, pero que más tarde el engañado comprueba que solo contiene papeles y encima unos pocos billetes verdaderos de alta denominación. Se afirma que el dicho nació en Colombia porque alguna vez un chileno hizo aquí una trampa tan sonora que quedó fijada en el habla popular, pero no he hallado pruebas de esto. En nuestros países es frecuente atribuir a los extranjeros atributos morales o superiores, pero también, acudiendo a una defensa antropológica frente a lo no local, se perciben con más nitidez los ilícitos cometidos por ellos. En Chile, al ‘paquete chileno’ se le dice ‘el cuento del tío’.

P.: ¿El condado de Yoknapatawpha de las obras de Faulkner es germen de Macondo? Jorge Tarchópulos, Barranquilla

R.: Lo es. Faulkner ayudó a generar lo mejor de la nueva narrativa latinoamericana. Su influencia en García Márquez es reconocible, y este la admite en sus Textos costeños; además, en su crónica “El amante inconcluso” dice que hay afinidades entre los escritores caribeños y los del sur de los Estados Unidos, y que el Caribe no es un área “circunscrita al mar, sino un espacio histórico y cultural mucho más vasto, que abarca desde el norte del Brasil hasta la cuenca del Misisipi”. Los personajes de Faulkner discurren por Yoknapatawpha, en Misisipi, y los de los latinoamericanos Rulfo, Onetti y García Márquez lo hacen por otros microcosmos imaginarios: Comala, Santa María y Macondo. Muchos contextos de Yoknapatawpha son los mismos de Macondo, como los choques raciales o sociales, protagonizados, allá, por recolectores de algodón y, aquí, por empleados de la United Fruit Company, cuyas casas en la Zona Bananera recordaban a las de Misisipi.

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