Pregunta: ¿Cómo se dice: caribañola o carimañola? Hernando Pacific, Bogotá

Respuesta: El libro La lengua ladina de García Márquez, de la investigadora germanosuiza Margret S. de Oliveira, inmersión en el rico léxico del autor colombiano, menciona caribañola con las variantes carabañola, carabañuela y carimañola, y transcribe una frase de Crónica de una muerte anunciada: “Ella solía invitarlo a desayunar en nuestra casa cuando había caribañolas de yuca y mi madre las estaba haciendo esa mañana”. En el Gran libro de la cocina colombiana, registrada como vianda barranquillera, también aparece escrito caribañola. En el Lexicón de colombianismos figuran caramañola, carimañola y caramayola, y dice que el nombre quizá “proceda de alguna semejanza de la forma de la empanada con la caramañola, cantimplora que usan los soldados para beber”. Creo que todos estos términos, que aluden a la masa de yuca frita rellena de carne o queso, son correctos, aunque el de uso más extendido en Barranquilla es caribañola.

P.: Oigo con frecuencia la frase “¡preséntese en el término de la distancia!”. ¿De dónde sale? ¿Está bien utilizada? Allan Marriott, Barranquilla

R.: ‘En el término de la distancia’ es un vocablo forense que quiere decir ‘de inmediato’. Consulté a un abogado, y me indicó que la expresión implica que al plazo ordinario fijado dentro de una causa se le concede un tiempo adicional para permitir el desplazamiento de los involucrados o de los expedientes desde un lugar a otro dentro de la misma ciudad, o desde la ciudad donde residen hasta aquella donde se ubica la sala en la que va a realizarse el acto procesal. En este último caso, los citados deben acudir en el tiempo que les tome recorrer la distancia entre las dos ciudades, que antiguamente era determinado por el juez estimando un día por cada 100 kilómetros de trayecto. Hasta hace pocos años, el vocablo se usaba en la correspondencia oficial con el sentido de máxima urgencia, pero cada vez se emplea menos porque hoy las comunicaciones hacen que todo cobre inmediatez. Fuera del ámbito jurídico, la expresión se usa para llamar a alguien con carácter urgente, a veces con tono autoritario.

P.: Soy chileno. Durante una cena en Bogotá, alguien contó que su hijo, por mal estudiante, le sacaba la piedra todos los días. No entendí. Marcelo Ureta, Bogotá.

R.: ‘Sacar la piedra’, expresión muy común en la Costa y en Venezuela, tiene dos acepciones. La primera se refiere a que algo o alguien le genera rabia a uno, y, por lo tanto, es sinónimo de estar furioso, salido de quicio, fuera de casillas o con la paciencia colmada. A veces, la acumulación de pequeñas rabias puede desembocar en una ‘sacada de piedra’ inadecuada, pues con frecuencia resulta una acción atronadora y peligrosa. La segunda acepción, hoy en desuso, es contribuir a que en una relación sexual la mujer alcance el clímax.

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