Carlos Vanegas, un amigo del ciclismo, de esos que uno conoce por amar a este deporte, describe a Rigoberto Urán como “un ciclista cuya metodología lo lleva a grandes logros, porque él no es un ciclista fuera de serie, es un ciclista con capacidades. Y esa metodología bien aplicada lo ha llevado a obtener los resultados que le hemos visto”. Yo creo que esa es la mejor descripción que podemos obtener de ‘Rigo’.

Urán es uno de los ciclistas más carismáticos del World Tour, todos los días interactúa con sus seguidores, a los que llama “Mijitos”. ‘Rigo’ ha pasado momentos muy difíciles como la violenta muerte de su padre y el accidente que le dejó lesiones graves recién llegado a Europa.

Es el ciclista que le señaló el camino a esta nueva generación, que ha despertado el interés y el amor de toda Colombia por el ciclismo, algo que no se veía desde los 80.

En este Tour nadie lo daba como favorito, algunos ya pedían su retiro. A otros nos engañó diciendo que buscaba un triunfo de etapa, pero nos había dejado un mensaje al que nadie le prestó la debida atención. Dijo que se estaba preparando para el Tour y hoy, faltando cuatro etapas, es segundo.

No dudamos nunca de las capacidades de Urán, un top-10 no me sorprendía, pero un podio era algo difícil de imaginar.

Urán nos demuestra que en el ciclismo nada está escrito, que los pedalistas se autoevalúan al final de la temporada y analizan en dónde pueden mejorar.

Anteriormente a Urán le hacía falta medio punto en la montaña y era uno de los mejores contrarrelojeros del mundo, hoy ha logrado ese medio punto y más. Sin embargo, ha perdido su poderío en la crono.

Para Urán, hoy es su última oportunidad de disputar el título. Su ataque está casi que pronosticado, pero también el ataque de Bardet, que también tiene que distanciar a Froome. Es claro que los dos pierden con el británico en la crono.

Aparte de esto, tienen la lucha por el podio, algo que también disputan Aru y Landa. Como diría el carismático ‘Rigo’: “Mijitos, llegó la hora”.