El gran velocista y ‘recordman’ de los 100 metros planos, Usain Bolt, al parecer anunció su retiro esta vez como algo por demás definitivo en su carrera, quedando sorprendentemente en tercer lugar en la prueba de los 100 metros, algo que en su vida fulgurante de corredor de distancias cortas nunca había sucedido.

Los atletas de calidad mundial generalmente ejecutan pruebas privadas para conocer el estado actual de sus piernas y de su mente generadora de su velocidad muscular. Ha sido desconcertante que Bolt, que había anunciado en varias ocasiones que se iba del atletismo, no lo hubiera hecho un poco antes de esta participación lamentable que lo ubicó en el tercer lugar en el Campeonato Mundial de Atletismo que se lleva acabo en Londres. Bolt se va del mundillo atlético, no con una victoria que sellara su carrera fulgurante, sino con un lamentable tercer lugar, que es algo innegablemente sensacional, pero no en el caso de quien tiene establecido el récord mundial para la distancia.

Bolt fue tomado en las manos de un entrenador jamaiquino, que hoy posiblemente no se le recuerde en su Jamaica nativa, pero fue el hombre que lo modeló con miras a conseguir lo que tanto ha conseguido: medallas de oro a tutiplén en distintos eventos olímpicos. Este entrenador, cuyo nombre omitimos por motivos de tiempo ya un poco lejano, lo entrenó metódicamente. A Bolt le anunciaba cronos deliberadamente falsos para no envanecerlo y que siguiera el trazo de su preparación. Le decía que se estaba acercando a las primeras marcas de los 100 metros, pero no le mostraba lo que ya estampaba en las pistas de Jamaica.

Bolt se va del atletismo sin haber accedido en ningún momento a llevar a cabo la prueba de los 400 metros planos que muchos técnicos del atletismo sostenían que tras una preparación metódica, él podría alcanzar un récord igualmente mundial como sus 100 metros planos ¿Hizo pruebas secretas Bolt para ver a cuánto alcanzaba en los primeros días en la prueba de 400 metros? Nadie ha dicho nunca que Bolt intentó secretamente conocer su estado, tal vez no lo intentó, para ver si con un tiempo prudente el podría dar la talla en el recorrido de la distancia trazada en todos los estadios de atletismo como el circulo formal de los 400 metros.

Bolt se va del atletismo con grandes sumas de dinero conquistado por él al margen de las normas que establecen determinadas sumas para los triunfalistas que logran victorias en pruebas novedosas para ellos, de todas maneras, su nombre está y estará con letras inmortales que lo han de consagrar el gran fenómeno de la velocidad muscular que él ha impuesto en los escenarios abiertos de los estadios.

Nos habría encantado que Usain Bolt hubiese visitado a Colombia de la misma manera como visitó a tantos países de Europa y tantas ciudades de los Estados Unidos, pero en nuestro país por el atletismo no hay sino frialdad, que hace imposible que un atleta de fama mundial como la suya venga a un país que ahora mismo no tiene ejemplares humanos dignos de la velocidad requerida.