He sostenido, una y otra vez, que la Procuraduría debería eliminarse, y con mayor razón desde que la Corte Constitucional resolvió quedar bien con todo el mundo al acoger un fallo de la Corte Interamericana, por cierto contrario a nuestra Constitución, en el que sostuvo que los elegidos por voto popular no son objeto de sanciones por ese órgano de control.
En apoyo a lo anterior he llamado la atención sobre el hecho de que la Procuraduría, si bien emite conceptos en los procesos penales, estos no son vinculantes para los jueces. Razón de más para coincidir en que esta entidad aporta poco en la lucha contra la corrupción. Lo cierto es que la casi totalidad de las investigaciones en la Procuraduría prescriben, se archivan o se resuelven con fallos inhibitorios, y cuando se conocen sus decisiones, usualmente, siguen en su contenido las de los procesos penales donde ya poco o nada importan. En 2023, de 57.485 denuncias presentadas, 15.340 fueron archivadas, 12.000 terminaron en inhibitorio y de las demás poco se conoce, como no sea por los copiosos titulares de prensa que pocas veces se reflejan en decisiones.
Por todas estas razones he insistido en la tesis de que la Procuraduría debe eliminarse y trasladar sus funciones, su abultado presupuesto de 1,4 billones para 2024 y también su frondosa burocracia de 4.223 empleados, por cierto, bastante bien remunerada –un procurador judicial gana más de 41 millones de pesos– a la jurisdicción contenciosa.
Conviene así precisar que habiendo propuesto yo la eliminación de este ente de control no sería coherente de mi parte entrar a promover ninguna candidatura para la cabeza de esta entidad. Por ello me abstuve de contactar a cualquier magistrado de la Corte Suprema de Justicia o del Consejo de Estado, quienes pueden dar fe de este proceder. Y a nivel parlamentario tampoco he intervenido ante nadie para conseguir la elección de los doctores Luis Felipe Henao o Germán Varón.
A propósito, no entiendo por qué el hecho de haber yo tenido en el pasado vínculos de tipo profesional y personal con ellos los descalificaría para el ejercicio de este cargo. Ambos serían prenda de independencia frente a los centenares de indagaciones que hoy se adelantan en la entidad contra funcionarios del actual gobierno.
La verdadera importancia en la elección del nuevo procurador está en la capacidad de este funcionario de acompañar los planes del Gobierno para capturar las mayorías en el interior del Corte Constitucional. Ya Petro goza del favor de tres magistrados, a saber: los doctores Juan Carlos Cortés, Vladimir Fernández y la doctora Natalia Ángel como se puede concluir de sus fallos.
En el mes de mayo sale la doctora Cristina Pardo. Como la terna para su reemplazo será elaborada por el presidente, con ello completará cuatro magistrados. Y como también en 2025 se habrá de elegir el reemplazo de tres magistrados más, postulados por la Corte Suprema y por el Consejo de Estado, bastará que uno solo de ellos resulte afín al Gobierno para completar la mayoría de 5 de 9. Si Petro y este Gobierno asumen el control de la Corte, todo estará perdido.
El Gobierno esperará la concreción de este plan para entonces sí proceder con su constituyente modelo Maduro, o con una posible emergencia o con el llamado decretazo, que podría ser avalado por sus mayorías en la Corte para habilitar la permanencia de Petro en el Gobierno. Esta es la verdadera importancia del tema, del cual hace parte contar con el apoyo de un procurador con la influencia necesaria para definir la composición de las ternas y luego la elección en el Senado.
De ahí la necesidad de que el país pueda conocer el alcance de los compromisos del señor Eljach con el presidente y con el Dr. Cristo. ¿Se acordó algo sobre estas ternas y designaciones en la Corte Constitucional? ¿Alguna gestión ante el CNE? ¿Apoyo en el trámite de los proyectos en el Congreso? ¿Cuál será el grado de independencia del actual secretario del Senado con un gobierno al que le deberá todo después de que la Corte Suprema desestimó su nombre para el cargo? ¿Habrán abordado estos temas con algunos de los partidos que apresuradamente salieron a apoyarlo?
Qué equivocados están quienes creen que este es un pulso entre Germán Vargas y el Gobierno. Esta elección es un peldaño más en la consolidación de Petro en el poder. Advertidos están.