1. Mercado electoral. Uno de los temas más importantes en una campaña electoral es el estudio del mercado del votante, donde se analice el comportamiento del elector, cómo vota y por qué, enfocando dicha información por regiones. En este sentido se requiere aplicar las herramientas modernas del marketing electoral y la segmentación. El primero, nos lleva a un análisis geográfico del voto para lo cual debemos trabajar con las encuestas, censo de población y estadísticas de distintos sectores a fin de proyectar los posibles escenarios políticos. El otro aspecto es la segmentación del mercado electoral, lo cual nos permite implementar una estrategia de mercadotécnica digital para identificar los potenciales electores en determinado territorio construyendo perfiles de votantes para planificar las correrías del candidato(a) y los temas a tratar, o sea la agenda con puntos claves en un tiempo determinado, incluyendo las visitas puerta a puerta.

2. Temas de una campaña electoral. El candidato(a) debe hablar de los temas de actualidad, cómo enfrentarlos y qué propone como solución sobre cada uno de ellos. Por lo general, estos temas están dentro de la jerarquía de las necesidades que señala Maslow. En Colombia, por ejemplo, y según las principales encuestas, los temas más importantes son: la inseguridad, el desempleo, el hambre en las ciudades. El mensaje del candidato(a) debe enfocarse hacia la solución de esas necesidades. Su manejo, presentación ante el público, la plataforma de lanzamiento, exploración y marco de solución es una estrategia de gran valor para conquistar al elector. ¿Qué digo? ¿Cómo lo digo? ¿Cuándo lo digo? ¿Dónde? Aquí está la clave del éxito de una campaña.

3. El marketing político. El marketing político es la búsqueda de los votos con el auxilio de la neurociencia y las técnicas modernas de la comunicación. Son varias las formas de llegarle al ciudadano y despertar su entusiasmo, empleando propuestas que generen miedo u odio, como ha sucedido con Trump sobre los inmigrantes, pues el voto en estos países es más emocional que racional. La gente se fija más en la sonrisa y la presencia del candidato(a) cómo viste, cómo baila, cómo saluda, que el contenido de su discurso. No se elige al más capaz, sino al más audaz. El rostro del candidato y su porte físico, vende. Los títulos académicos poco influyen en el resultado electoral frente a un ignorante que tiene una sonrisa impactante y un humor de comediante.

Espere la cuarta parte el próximo 29 de octubre de 2024.