¡Tremenda alineación la que está armando América! Pero no el equipito rojo de Cali, sino el del continente nuestro. Por lo pronto, la delantera está convocada y contratada, y será apabullante. Comenzamos con Bukele en la punta derecha, siguió Milei en la punta izquierda, y ahora de centro delantero se contrató a nadie menos que a Donald Trump, el más aguerrido y agresivo de los jugadores. Ya irán apareciendo nuevas estrellas, o se irán deslizando otras que andan coqueteando. Los mamertos están asustados, y no encuentran la fórmula para impedir que, cuando les toque enfrentarlo, la goleada que van a recibir ¡será monumental!
Se dice “cuando les toque”, porque tristemente, no estamos en las prioridades del torneo, hay otros equipos más fuertes y mejor preparados que nosotros y, aún cuando nuestro orate capitán viva vociferando sus ilusiones de pertenecer a las élites y repetidamente se pronuncie como si lo fuera, el equipo americano debe primero atender su proceso con los verdaderos y complicados contendores, equipos como el ruso,el ucraniano, el israelí, y otros mucho más importantes que nosotros en el difícil torneo. Pero llegará el día, aunque el nuevo comunismo pase de agache, se mantenga “quieto pa la foto”, y no busque un revire que lo pudiera dejar maltrecho. Así que, Petro y Maduro, a pisar suave.
Se asegura que la idea de Petro era esperar unos meses para armar una pelotera como la que ya le montó al pusilánime Duque, y aprovechar el desorden para decretar la conmoción interior, o cualquier figura que le permitiera un lapso para gobernar y legislar a su antojo. Pero con Trump la cosa será a otro precio. La alternativa que tendría sería entonces fortalecer sus líneas, las malas y las peores, y enfrentarse al proceso electoral que nunca quiso, porque implica que sería sin él, sino en cuerpo ajeno. Tiene claro que no será con Bolívar, no lo aceptan, ya perdió con Oviedo; ni con Roy, porque fijo a las dos semanas lo traiciona; ni con la Pizarro. Le queda Claudia, buena candidata, aunque se le voltearía no a las dos semanas, sino a los dos días, así que, sin palo donde ahorcarse, buscará la forma de perpetuarse sin ninguna elección, sino con alguna maroma que no urtique demasiado a Trump y sus coequiperos, cosa nada fácil. Por ejemplo, desprestigiando a la Registraduría o desarmándola, para ir aplazando la elección; o montando otra cosa que no luzca imposición. Algo se le ocurrirá. Fijo se asesorará con Santos, experto en maromas de toda índole.
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