América: pasó de un intimidante, agresivo y contundente equipo en el inicio a otro desgastado, irregular, y sin buenos resultados en las fechas postreras del torneo. Tiene en sus dos punteros (Cristian Barrios y Duván Vergara) la garantía de imprevisibilidad, desborde, aceleraciones y peligrosidad. Luce mejor cuando ataca que cuando defiende, incluidos sus defensas laterales. Si recupera la dinámica inicial, es un potente candidato. Tal vez, el favorito.

Once Caldas: un equipo simple, disciplinado, de trabajo zonal en sus responsabilidades defensivas. Fue un inesperado protagonista en gran parte del torneo acercándose rápidamente a la clasificación, pero se fue diluyendo. Ofensivamente tiene desborde y velocidad en Michael Barrios y Jefry Zapata, sus extremos. Un aporte continuo de su lateral derecho, Juan Cuesta; la técnica correcta de los volantes (Juan García y Lucas Ríos pueden tener instantes creativos) y las desordenadas carreras de Dayro Moreno, su punto de anarquía en su andar, pero siempre olfateando la jugada de gol. No intimida como adversario, de nivel medio, pero puede crecer como local.

Tolima: posee una coordinada posesión de la pelota. Su técnica colectiva le ayuda a dominar el trámite. En un largo trecho del campeonato no acompañó esa buena elaboración con una mejor efectividad. Juan Nieto y Yeison Guzmán son sus conductores, y este, su jugador más influyente. La pareja de centrales, Marlon Torres y Anderson Ángulo, son difíciles de superar. Tiene tanto desequilibrio y velocidad en sus extremos como irregularidad en su rendimiento. La continuidad de su técnico y su idea táctica, una buena dosis de calidad en varios de sus futbolistas, pero también algunos inconstantes, son señas de su perfil futbolístico. Complejo rival.