Nuestro tema hoy llegó a la cúspide de la atención ciudadana porque si bien es titular de medios de comunicación en todo el mundo y el continente americano, en nuestro país desde hace unos tres años adquirió carácter de peste peligrosa que ha logrado introducirse a la comunidad de todas las clases sociales como una costumbre más, como un patrimonio adicional, como una forma de ser identificadora de nuestra cultura.

La Seguridad Ciudadana en Colombia desapareció y al hacer un estudio serio de sus características observamos cambios sustanciales que los estudiosos tratan de analizar a diario.

En primer lugar, está la intolerancia que en cada individuo de ambos sexos brota Silvestre por el motivo más débil. El colombiano olvidó la serenidad para protestar, para discutir, para expresar su divergencia o simplemente para lograr el más mínimo propósito. No pregunta y si lo hace es a gritos o insultando, ofendiendo.

Al mismo tiempo son millones los ciudadanos, lo estamos viendo en Barranquilla, que en la junta de la cintura andan por las calles con un arma blanca, cuchillo, navaja o bolillo. Igualmente, si tiene un arma de fuego la porta a diario como quien se encamina a una guerra.

Pero como ya no quiere ni sabe discutir, entonces polemiza al borde de la violencia punto en la esencia del colombiano y en el residente de Barranquilla abunda, de forma permanente la grosería, el insulto, la agresividad y el menor reparo en disparar un revólver que lleva al cinto.

Dentro de este espectáculo inverosímil y abyecto encuadra hoy día el feminicidio con 65 mujeres asesinadas en lo que va del año. ¿Inverosímil? No; absolutamente cierto y da vergüenza firmarlo punto en la ciudad las estadísticas muestran que diariamente es asesinada no una persona sino tres o cuatro y el 65% de estas víctimas no llegan a los treinta años. ¿Qué se les enseña en la escuela?,¿Asisten a ellas o lo hicieron antes? ¿Qué ven y heredan en sus hogares?

Ese magnífico Alcalde que tenemos confiesa en una entrevista reciente a la directora de EL HERALDO que se siente impotente ante el incremento del crimen: El nuevo comandante de la policía que es un distinguido militar de alta alcurnia y respeto es reconocido como un oficial que afirma que el crimen se debe combatir con la inteligencia.

¿Lo veníamos haciendo? ¿Cuál es la forma de vida que hemos escogido? ¿Hacia dónde vamos en ese sentido? ¿Por qué no se publican las estadísticas en donde cientos de negocios especialmente nocturnos van cerrando puertas ante la inseguridad reinante? Aquí les dejo amables lectores muchos temas de reflexión.