“Hay un famoso pajarito que conoce los secretos”. ¿De dónde salió este cuento? Roberto Silvera, B/quilla

La frase es variante de una más común: “Me lo dijo un pajarito”, que se usa para indicar que se conoce el asunto, pero no se quiere decir quién lo contó. En el imaginario popular, los pajaritos siempre saben secretos y muchas veces los revelan. Es conocido el pajarito del que Nicolás Maduro ha dicho que se le aparece y aconseja, y del que, intentando un gracejo, asegura que es encarnación “del comandante Chávez”. Este mito viene de la Antigüedad egipcia, cuando las aves eran consideradas de mal o de buen agüero, es decir, podían presagiar desgracias o fortuna. Esos vaticinios se basaban en la observación de la forma de volar, de cantar, de posarse o de comer el ave, o en la inspección de sus entrañas una vez sacrificada, examen que llevaba a cabo un augur o individuo consagrado para predecir. En la Biblia, una paloma despachada por Noé volvió a su lado con una rama de olivo en el pico como mensaje de que el diluvio había cesado. Hubo un tiempo en que las aves, a partir de las palomas mensajeras, adquirieron fama de propagadoras de noticias o de chismes, ya que estas por conducta instintiva vuelven a sus nidos lejanos portando mensajes. En fin, hay pajaritos amaestrados, muy populares, que en ferias y plazas extraen de una caja papelitos de la suerte, relacionados con la persona que acude a ellos, aunque esa suerte siempre resulta halagüeña.

Una vez usted comparó el Carnaval de Barranquilla con otras fiestas nacionales… Óscar Vesga Ll., B/quilla

Quizá se trata de una breve respuesta de hace algo más de cuatro años, que motivó el reclamo encendido de dos lectores de otras ciudades. A la sazón, escribí: “Por su monumentalidad y su belleza, el Carnaval de Barranquilla es la fiesta colombiana de mostrar al mundo, y a su lado las demás lucen como jolgorios de aldeas”.

¿Por qué Colombia es un epónimo? Ralph Barbosa, B/quilla

Los epónimos son nombres de ciudades, países, accidentes geográficos, épocas, comidas y bebidas derivados del nombre de una persona. Colombia es un epónimo porque su nombre resulta del de Colón; el de Filipinas proviene del rey Felipe II de España; el del coctel Lumumba, hecho de brandy y chocolate, evoca a Patrice Lumumba, ex primer ministro del Congo; están también el monte Everest, la era victoriana, la ensalada César… En el caso de Bolivia, primero se llamó República de Bolívar, pero luego un político, esgrimiendo ‘ingenio etimológico’, dijo: “Si de Rómulo viene Roma, de Bolívar vendrá Bolivia”.

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