En una entrevista con Entertainment Weekly, el actor Brad Pitt confesó que su participación en la película ¿Conoces a Joe Black? no fue su mejor elección. Mirando en retrospectiva, considera que pudo haber hecho un mejor trabajo o, incluso, haber tomado otro camino en su carrera. Y aunque pueda sorprendernos que alguien con su trayectoria hable abiertamente de una experiencia que no considera exitosa, su reflexión nos deja una gran lección: una equivocación no nos define, pero sí lo que hacemos con el aprendizaje que surge de ese error.
En la vida muchas veces nos cuesta aceptar que nos equivocamos porque nos han enseñado que fallar es sinónimo de debilidad o de incapacidad. Crecemos con miedo a errar, intentando ser perfectos, evitando a toda costa el tropiezo. La verdad es que el error es parte inevitable del proceso de vivir; nadie está exonerado de cometer uno. Cada equivocación nos da información, nos permite ajustar el rumbo y nos acerca a la mejor versión de nosotros mismos, porque somos seres en constante construcción y las podemos convertir en opciones de mejora.
Así que si logramos aprovecharlas, creceremos en todas las dimensiones de nuestra vida. Lo importante no es evitar fallar a toda costa, sino tener la madurez para reconocerlo, aprender de esas situaciones y seguir adelante con más sabiduría. Aceptar que nos equivocamos no nos hace menos valiosos, sino más humanos. Nos permite potenciar nuestra toma de decisiones, fortalecer nuestro carácter y desarrollar la humildad de reconocer que siempre hay algo nuevo por aprender. En este punto me surge una duda: si incluso los grandes actores, los líderes más exitosos y las personas que admiramos, han cometido errores y los han aceptado, ¿por qué nosotros deberíamos temer hacerlo?
Lo esencial no es quedarnos atrapados en la culpa, sino convertir cada tropiezo en una oportunidad para pulir cada aspecto de nuestra existencia. Así que la próxima vez que sientas que te equivocaste, míralo como una señal de que estás viviendo, aprendiendo y evolucionando. No olvides que los errores del pasado te enseñaron a cómo no hacer las cosas y a hacerlas mejor, así que son maestros a los que no debes buscar, pero cuando los encuentres, no les debes temer.
Equivócate, reconoce el error, saca aprendizajes y transforma la situación con lo que has aprendido. Ese es el ciclo. Ten en cuenta que al final del día, equivocarse también es parte del camino hacia el éxito, y que muchas personas lograron ser exitosas solamente después de haber hecho decenas de pruebas y haberse equivocado y aprendido decenas de veces.
@Plinero