La evolución del género de animación en el cine se ha hecho evidente en las películas nominadas este año en dicha categoría. Sin embargo, FLOW destaca aún más, no solo por su impresionante diseño, que evoca sofisticados lienzos, sino también por su contenido, lo cual le valió el Oscar a la Mejor Película de Animación en los Premios de la Academia 2025.

Apostando por un enfoque visualmente único y sin diálogos, FLOW se centra en una experiencia sensorial que remite a la era del cine mudo, donde la expresión de los personajes, sus acciones y emociones, se hacen sentir sin necesidad de palabras. A esto se le suma una banda sonora magistral, que amplifica la narrativa.

La trama sigue a un gato que vive solitario en una mansión. Su vida da un giro inesperado cuando una gran inundación arrasa con su hogar. Enfrentado a un mundo postapocalíptico, el gato deberá aprender a reinventarse, adaptándose a nuevas circunstancias y conviviendo con animales de diferentes especies. Entre ellos, un perro, un capibara, un lémur y un pájaro secretario, cada uno con comportamientos y características particulares. Esta rica mezcla de elementos crea una atmósfera única, en la que los personajes muestran tanto sus vulnerabilidades como sus fortalezas.

En su lucha por sobrevivir, el gato se enfrenta a sus propios temores, especialmente su miedo al agua. A lo largo de su travesía, aprende sobre la importancia de la cooperación, la aceptación y el entendimiento mutuo. La película destaca la transformación de un individuo solitario que, al enfrentarse a una crisis, descubre el valor de la diversidad y la solidaridad.

Con un enfoque minimalista, el director Gints Zilbalodis lleva al espectador a un viaje emocional profundo, donde la pureza de la animación y el diseño de los escenarios comunican más que cualquier palabra.

El éxito de FLOW no solo se limitó a su victoria en la categoría de Mejor Película de Animación, sino que también recibió una nominación como Mejor Película Internacional por Latvia. El director, emocionado al recibir el premio, comentó: “Espero que este galardón abra puertas a la animación independiente en todo el mundo” y dedicó el premio a su mayor fuente de inspiración: su perro y su gato.

Más allá de los mensajes de solidaridad, tolerancia y resiliencia, FLOW también aborda temas ecológicos. En un mundo devastado, la película no solo explora la supervivencia individual, sino también cómo los seres vivos deben aprender a coexistir en armonía con su entorno, mensaje que resuena en un contexto de creciente preocupación por el cambio climático.

@GiselaSavdie