Las cifras de impacto económico y comunicacional del Carnaval de Barranquilla son cada vez más, valga la redundancia, impactantes. El movimiento económico estimado por la Alcaldía fue de más de $880.000 millones, es decir más de US$ 200 millones. Fueron 800 mil visitantes nacionales e internacionales que participaron en la agenda de precarnavales y carnavales y se generaron 193.000 mil empleos directos e indirectos. La hotelería se llenó a capacidad, y los transportadores, restaurantes y comercios tuvieron un auge importante. Y la gran mayoría de los asistentes de afuera pudieron conocer atractivos turísticos como el Gran Malecón, la Ciénaga de Mallorquín, la playa de Puerto Mocho y el Muelle 1888 complementando la oferta cultural propia de las festividades.
Con respecto al elemento de redes sociales, según un análisis del experto Carlos Schoonewolff, la conversación digital del Carnaval tuvo un alcance de más de 93 millones de cuentas en Colombia y el mundo, de lo cual Instagram aportó el 30%. El 98% de las menciones alusivas a las carnestolendas fueron positivas, algo inédito para eventos de esta magnitud. La sola red de Instagram oficial del Carnaval de Barranquilla superó por primera vez el medio millón de seguidores consolidándola como la red más importante de un Carnaval en el mundo.
Pero más allá de las espectaculares fiestas que hoy tenemos imaginémonos por un minuto cómo debería ser el Carnaval del futuro. ¿Será posible una Batalla de Flores desde el Gran Malecón trasmitida en vivo por Disney+ o Netflix y diseñada para ser vista por millones de televidentes además de los cientos de miles que la viven en persona? ¿Podría el espectáculo de la Coronación convertirse en un semillero de las mejores bailarinas del Caribe que luego puedan exponer ese mega show todas las semanas en un escenario diseñado y construido para que el Carnaval tenga vida los 365 días del año? ¿Podría unificarse la operación de los cientos de eventos que ocurren en los 4 días para garantizar la calidad y nivel deseados bajo la batuta de la Organización Carnaval? Al mismo tiempo, ¿cómo garantizar que se proteja la esencia y tradición cultural del Carnaval mientras se jalona hacia al futuro?
Ninguna de estas preguntas tiene una respuesta fácil y seguramente muchos discrepan hasta de la premisa que esas propuestas son deseables. Y la tarea recae en la institución Carnaval de Barranquilla y su gran gerente – un verdadero apasionado de estas fiestas – Juan José Jaramillo, de seguir llevándonos al siguiente nivel. Pero si Shakira pudo bailarse y gozarse una Guacherna con sus hijos, todo es posible para el mejor Carnaval del mundo.
@RPlataSarabia