Una de las preocupaciones que enfrenta actualmente el país es la disminución de las tasas de natalidad en Colombia. Las familias colombianas tienen cada vez menos hijos, una realidad que impactará significativamente la economía nacional debido a la reducción de la población en edad productiva, la contracción de la fuerza laboral y las presiones crecientes sobre los programas sociales, el sistema pensional y el sistema de salud.
Colombia se encuentra entre los cuatro países con la disminución más acelerada de natalidad, una tendencia que obedece tanto al aumento en el costo de vida como a nuevas dinámicas familiares, en la que las mujeres tienen una mayor proyección laboral, comparada con décadas anteriores, pero siguen asumiendo las responsabilidades del cuidado y del hogar.
Según cifras del DANE, en 2024 se registró una caída del 13,7 % en el número de nacimientos frente al año anterior —la reducción más pronunciada desde que existen registros. Los analistas atribuyen este fenómeno, en buena medida, al encarecimiento de la vida y a los efectos económicos derivados de la pandemia.
Sin embargo, para comprender este fenómeno en Colombia y en otros países con tendencias similares, es útil acudir a los análisis de Claudia Goldin, Premio Nobel de Economía 2023. En su libro Carrera y familia, Goldin aborda con lucidez los desafíos que enfrentan las nuevas familias al momento de decidir tener hijos, especialmente las tensiones que experimentan muchas mujeres al intentar conciliar la maternidad con sus aspiraciones profesionales.
Aunque la economía ha evolucionado y hoy las mujeres tienen una alta participación en el mercado laboral, las estructuras familiares siguen ancladas en modelos tradicionales: se espera que ellas asuman una doble jornada, en el trabajo y en el hogar. Tal vez allí reside una de las claves para repensar las políticas relacionadas con la natalidad en Colombia: promover una cultura de corresponsabilidad en el hogar que permita a las mujeres desarrollar su carrera sin verse obligadas a renunciar a la maternidad.
La decisión de una familia de no tener hijos —o de tener solo uno— puede ser económica, pero también responde a las condiciones sociales que persisten. Por ello, no basta con abordar el problema desde el ámbito familiar. Es indispensable revisar las políticas públicas de cuidado infantil entre los 1 y los 5 años, así como reformar el régimen de licencias parentales. La licencia de maternidad, al no ser equivalente a la de paternidad, conlleva una desventaja competitiva para las mujeres en el ámbito laboral.
Además del libro de Claudia Goldin, recientemente se publicó Los colombianos somos así, de Eduardo Lora, una obra que también ofrece valiosas reflexiones para entender cómo han cambiado las estructuras y dinámicas familiares en Colombia.
@tatidangond