El Covid-19 tomo el mundo por sorpresa. En solo meses, la humanidad se está viendo transformada, obligándonos a cambiar nuestras vidas, adoptar diferentes rutinas y nuevas costumbres. Cada mañana, reviso con expectativa periódicos, sintonizo emisoras y canales de TV, blogs en internet y redes sociales; y observo las duras circunstancias de nuestra realidad actual. La cultura es uno de los sectores más afectados, acatando las medidas de aislamiento impuestas por los diferentes gobiernos: museos, teatros, salas de cine, operas, casas de subastas y festivales, y otras industrias culturales, se han visto obligados a posponer eventos o cerrar sus puertas dejando a numerosos artistas e instituciones en déficit financiero.
No obstante, cuando una puerta se cierra, otras suelen abrirse trazando nuevos caminos. Hoy tenemos la suerte de vivir en la era digital, lo cual ha permitido llevar la cultura a nuestros hogares de maneras innovadoras. Es así como muchas instituciones han redirigido sus esfuerzos creando plataformas en línea, con las cuales a través de un simple “clic” podemos “visitar” un museo, escuchar conciertos de ópera, asistir a una exposición, apreciar un “performance” virtual y participar en seminarios en web. A su vez, cientos de recursos educativos han sido puestos a la disposición del público de manera gratuita.
La BBC lanzó recientemente un festival de arte virtual llamado “la Cultura en cuarentena”, el hashtag #MuseumFromHome se ha hecho muy popular donde cientos de museos se encuentran compartiendo sus colecciones en redes sociales, la Opera Metropolitana de New York trasmite conciertos diarios de manera gratuita así como el Ballet Bolshoi de Moscú puso a disposición del público actuaciones a través de YouTube, y en Colombia, la Universidad de los Andes facilitó el acceso a más de 500 títulos de “Ebooks” para leer en cuarentena. Por otra parte, miles de artistas, actores, poetas, escritores y músicos se están movilizando de manera muy activa a través de sus redes para compartir sus expresiones culturales creativas, innovadoras y a veces, inusuales. Esto, solo por nombrar algunas de las alternativas que nos dan esperanza y que demuestran que la humanidad está más unida que nunca a través de la cultura.
Mi invitación es la de mantenernos abiertos a la exploración de nuevas formas culturales que nos permitan evolucionar y crecer como sociedad. Mientras el mundo se encuentra en “pausa”, tenemos la gran oportunidad de replantearnos ¿cómo queremos vivir una vez termine esta difícil etapa?
Es precisamente ahora, cuando la humanidad más necesita la cultura, ya que es el mejor antídoto contra el “virus” de la soledad, la tristeza, o el aburrimiento. El mundo “post-corona” será un mundo que habrá eliminado fronteras, dando pasos firmes hacia la “democratización de la cultura”, convirtiéndola accesible, comprensible y abierta para todos.