El pasado 18 de enero, un estudio realizado por científicos de universidades estadounidenses fue publicado por la revista Nature Climate Change. Allí se toca un tema que sin lugar a dudas es alarmante para el norte del territorio nacional y de manera especial para el archipiélago de San Andrés y Providencia.

Se señala como una de sus principales conclusiones las alteraciones que podría evidenciar la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT), debido al cambio climático. Recordemos que se debe entender la ZCIT como esa banda de nubosidad asociada al choque o encuentro de los vientos alisios del noreste con los del sureste, la cual se desplaza en el país de sur a norte durante el primer semestre, y viceversa durante el segundo semestre del año, siendo el principal sistema modulador de las precipitaciones y otros elementos del clima en nuestro territorio.

Y es preocupante, porque producto del análisis de datos en el mencionado estudio se ha indicado que podría haber un desplazamiento regional de la ZCIT de acuerdo con su posición actual. Para Colombia, teniendo en cuenta nuestra situación geográfica, se movería progresivamente hacia la parte sur, lo que implicaría para diversas zonas de la Costa Caribe, así como para la zona insular, la “desaparición” de un sistema que es fundamental como factor detonante de las precipitaciones. Dicho de otra forma, de acuerdo con la proyección de desplazamiento de la ZCIT, a futuro se registraría una reducción notoria de las lluvias en las áreas mencionadas, quedando a expensas de otros sistemas que por sí solos no asegurarían las cantidades que histórica y estacionalmente se registran allí, lo que al final se traduciría en una amenaza para la biodiversidad y para la seguridad alimentaria de millones de personas.

Ojalá desde IDEAM se analice la información resultado del estudio referido y se aterrice al contexto nacional, pues de corroborarse dicha incidencia podría haber una modificación en los escenarios de cambio climático, por lo menos para el norte del país, esperando que pudiese haber una repercusión adicional para el centro y sur de Colombia en términos del ciclo anual y otros patrones de precipitación.

Tanto esta como otras evidencias cada vez más notorias y frecuentes nos invitan a que continuemos construyendo espacios de resiliencia y adaptación al cambio climático, sin caer en especulaciones y sin que todas estas evidencias propicien acciones que poco o nada aporten en lo ambiental y en lo social. En nuestro país se ha vuelto costumbre hablar de cambio climático en función de la ejecución de recursos, lo cual en muchas ocasiones se convierte en un escenario sujeto a intereses económicos particulares que van en contravía del conocimiento y a su vez del desarrollo mismo.

Debemos insistir en la proyección de estudios con resultados de mayor detalle en los que además de cambio climático se analicen patrones incidentes producto de la variabilidad climática que sea la base para la toma de decisiones a nivel territorial y sectorial.

@ChristianEuska