Navidad, tiempo de nostalgias, de recuerdos, de tradición religiosa, de música de Navidad y, para nosotros, también de carnaval, porque las fechas de aquella y de este quedan muy pegaditas.

En Navidad y carnavales las emisoras tropicales del país divulgan dos temas populares del cantautor barranquillero Adolfo Echeverría: Amaneciendo y Las cuatro fiestas, canción que desde su aparición en 1966 se convirtió en otro himno de la ciudad. La interpreta Nury Borrás, acompañada por el Cuarteto del Mónaco.

Gracias a otra barranquillera, Carmen Pernett, la música del Caribe colombiano se popularizó en México durante las décadas de los 40 y los 50, cuando la llamaban Reina del Trópico.

En 1940, Carmencita Pernett grabó Ven, ven, una canción fiestera de su maestro Francisco Pacho Galán, pero con la orquesta del mexicano Rafael de Paz, para la RCA Víctor: “Ven, ven, ven, que ya la fiesta va a empezar. Ven, ven, ven, que al niño Dios hay que cantar…”.

Joe Arroyo fue persona muy piadosa. Varias de sus canciones son de carácter religioso, como A mi Dios todo le debo y Omnipotente, que contó con la participación de Bobby Cruz y del flautista cubano José Fajardo. Otro inolvidable suyo para estos tiempos: El niño Dios, de Santos Fontalvo.

El 21 de octubre de 1908 se compuso en Colombia 24 de diciembre, la que se estima primera canción parrandera “paisa”. En efecto, la escribió Francisco ‘El Mono’ González, nacido en Titiribí (Antioquia).

El tema, de tradición navideña, fue enviado a México para ser grabado en 1938 por el dueto mejicano Pepe y Chabela que, con respaldo de mariachi, cosechó tremendo éxito en numerosos países latinoamericanos.

Sabiendo que la procedencia de la popular canción era su país, el maestro Lucho Bermúdez, que se encontraba en México, decidió transformarla en porro y dársela a Rafael de Paz, quien la grabó con Matilde Díaz como cantante.

En diciembre, la gente suele hacer su balance de año. Muchos llegan a la conclusión de que les fue muy bien. Otros, que más o menos; y los hay, por supuesto, muy deprimidos y aburridos. Este es el caso del personaje compuesto, representado y cantado por Tony Zúñiga, que lleva por título La misma vaina y como agrupación de respaldo a Pedro Laza y sus Pelayeros.

Para terminar, recordemos que, desde finales de los 50, el barranquillero Aníbal Velázquez vivió 18 años en Venezuela, donde conoció en una fiesta a Oswaldo Oropeza, compositor de Cinco pa’ las doce, quien le regaló un disco con su canción. La había escrito Oropeza en 1963 y la versión original había sido cantada por el también venezolano Néstor Zavarce en un estilo operático, con cierto sabor llanero y mucha nostalgia.

Cinco pa’ las doce ha sido grabada por varios conjuntos, pero ninguna de sus versiones, ni siquiera la original, resultó tan exitosa como la de Aníbal ‘Sensación’ Velázquez, que le hizo arreglos alegres muy pegajosos y se la entregó al Caribe colombiano para que despidiésemos con ella cada año.