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Un grupo de investigadores colombianos encontró en la catedral de San Jerónimo de Montería, en Córdoba, el primer registro histórico del evento Carrington, la tormenta solar más potente jamás registrada, ocurrida en 1859, informó hoy la Universidad Nacional.

En el documento encontrado, que es el libro bautismal de la catedral de Montería, se describe la tormenta solar y se muestran, en imágenes hechas a mano, las auroras provocadas por este fenómeno 'como lenguas de fuego en forma de 'S' y cortinas que se mueven de un lado a otro', indicó la universidad en un comunicado.

Esta tormenta debe su nombre al astrónomo inglés Richard Carrington, primero en observar el fenómeno, cuyas auroras llegaron hasta el Caribe.

Santiago Vargas, autor del estudio.

'El hallazgo representa el fenómeno de este tipo más alejado de las zonas polares, en donde típicamente tienen lugar las auroras que se produjeron por la actividad solar de la época', afirmó Santiago Vargas, uno de los investigadores y profesor de la Universidad Nacional de Colombia, citado en el comunicado.

Esto se explica porque el eje geomagnético de la tierra se mueve de manera constante y por ello algunas veces el Polo Norte está más abajo y otras más arriba, agregó la información.

'Encontramos que en 1859 fue el momento en el cual el eje geomagnético estaba en el punto de más baja latitud, por esto la acción de la aurora llegó más abajo, lo que permitió observarla cerca al Ecuador', explicó el investigador.

En esa época, la tormenta no tuvo consecuencias graves porque todavía no se había desarrollado la tecnología satelital.

Sin embargo, Vargas manifestó que si ese fenómeno se presentara hoy 'sería desastroso desde el punto de vista tecnológico' debido a 'los miles de satélites que tenemos orbitando en la Tierra y la cantidad de redes de distribución eléctrica y de telecomunicaciones'.

De la investigación también hicieron parte el director del Centro de Estudios Astrofísicos del Gimnasio Campestre, Freddy Moreno, y su estudiante, Sergio Cristancho, quienes seguirán investigando este tipo de fenómenos para determinar cuándo volverá a suceder uno de esta magnitud.