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Miles de turistas abandonan este lunes Cuba a través del aeropuerto internacional José Martí de La Habana, la principal puerta al exterior del país, un día antes de hacerse efectivo el cierre parcial de fronteras anunciado por el Gobierno para evitar la propagación del COVID-19.

Los mostradores de facturación del aeropuerto presentaban largas colas de viajeros de diversas nacionalidades, la mayoría protegidos con mascarillas, listos para regresar en alguno de los 49 vuelos internacionales de salida programados para el día -otros 7 fueron cancelados-, la mayoría a destinos de EE.UU., Latinoamérica y Europa.

El Gobierno anunció el viernes un grupo de medidas para enfrentar la pandemia, entre ellas el cierre de sus fronteras durante un mes que comenzará el martes y tendrá como excepción a los residentes en la isla -cubanos y extranjeros- y las actividades comerciales.

Las autoridades especificaron que serán aproximadamente 60.000 los extranjeros que abandonen Cuba por vía aérea -entre ellos 10.000 canadienses, unos 5.000 franceses y casi 2.000 españoles- a razón de unas 13.000 salidas diarias desde el sábado.

De los visitantes que están regresando a casa, 11.640 se alojaban en casas particulares cuyos propietarios también han sido llamados a colaborar en su salida.

Las restricciones afectan a las entradas y no a las salidas de visitantes del país, lo que significa que los turistas no están obligados a marcharse antes de mañana, aunque la mayoría de los Gobiernos están instando a sus nacionales a regresar cuanto antes para prevenir futuros problemas como cancelación de vuelos o cierres completos de fronteras.

Sin embargo, el primer ministro, Manuel Marrero, prometió que 'la próxima semana no habrá turistas en el país'.

En cuanto a las llegadas desde el extranjero, solo podrán entrar a Cuba los cubanos y residentes foráneos que regresen al país y todos ellos serán sometidos a dos semanas de cuarentena.

Cuba suma este lunes 40 casos de COVID-19, cinco más que en la víspera. La mayoría son personas procedentes del extranjero o individuos que han tenido contacto con aquellas, según el Gobierno.

De momento solo hay un muerto -un turista italiano de 61 años- y tres pacientes en estado crítico, mientras más de un millar de personas han sido sometidas a aislamiento preventivo y más de 37.000 se encuentran en casa bajo vigilancia.

Hasta ahora no se ha decretado el confinamiento domiciliario y las escuelas siguen abiertas, aunque se ha enviado a brigadas de estudiantes a recorrer el país puerta por puerta para detectar a personas con síntomas, y se ha exigido a la población cumplir con las medidas higiénicas y de distanciamiento social recomendadas para prevenir contagios.