Leonard Cohen tenía 'fama de ser depresivo, pero es un cuento chino: te morías de risa con el', asegura Javier Mas, uno de los músicos que le acompañó desde 2009 al 2014 en las giras que dio el canadiense por todo mundo.
'Era extraordinario, un sabio, muy trabajador y tenía un sentido del humor muy inteligente', recuerda Mas, zaragozano de 64 años y uno de los nueve músicos que actuó con Cohen en su última etapa, a cargo de la bandurria y el laúd.
La vida de Javier Mas cambió en diciembre de 2008, cuando el cantante, poco antes de Navidad, le llamó por teléfono y le dijo: ''I'm broken' (no tengo ni un duro)', pero le propuso que tocara con él. 'Le dije que por supuesto que sí'.
'Eran la una y media de la mañana y cuando oí la voz grave e impresionante de Leonard Cohen, me quedé impactado'. Incluso le explicó, según recuerda, que 'había un invento que se llamaba 'skype', con el que podíamos hablar por teléfono gratis'.
'Se lo puso su hermana en el ordenador y las conversaciones que tuvimos duraron días', afirma.
Tras llegar ambos a un acuerdo, Mas viajó a Estados Unidos y comenzó a ensayar con Cohen para un primer concierto en Canadá, recuerda. 'Iban a ser nueve meses de gira, pero se convirtieron en años'.
Hoy, Mas se encuentra 'muy tocado y con el corazón partido, como dice la canción'. 'Era como mi hermano mayor'.
Cohen le ayudó mucho, pero no solo a él, sino a todo el equipo de cincuenta personas que le acompañaban. 'Estaba pendiente de todo el mundo, conocía nuestras vidas y nos ayudaba'.
A Javier Mas le gusta la música de Leonard Cohen desde siempre. El cantante canadiense dio con él a raíz de un homenaje que le hicieron en 2007.
Mas hacía los arreglos y participaba en una orquesta, con la que acompañaban a muchos cantantes, uno de ellos a un hijo de Leonard Cohen. 'Se ve que cuando escuchó lo que le llevó su hijo, le gustó'.
'Me mandó un correo y me dijo que si un día volvía al escenario me llamaría', recuerda.
Antes de comenzar la gira, Leonard Cohen se había retirado a un monasterio y se hizo monje. Regresó a los escenarios quince años después, 'porque se encontró con que no tenía dinero'.
'Una 'mánager' que hizo unas cosa muy mal hechas y en la que confiaba se quedó con el dinero. Fue como en las películas, si te lo dicen no te lo crees; confiaba en esa persona a muerte, le dio poderes para todo y le salió rana'.
Tras su regreso a escena, Cohen trataba de llevar una vida relativamente tranquila después de cada actuación. 'Al principio eran conciertos menos numerosos; pero después acogían unas 15.000 personas, duraban tres horas y media y necesitaba, como todos, el silencio de su habitación y estar consigo mismo', afirma el músico.