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'Aquí estamos los gaiteros, la patria nos necesita. La situación amerita que nuestro canto altanero, hoy en día prisionero con grilletes y mordaza, defienda la democracia con su ímpetu guerrero', dice el coro de una gaita venezolana, un género folclórico que ha servido para criticar a Gobiernos y ahora se topa con la censura.

La canción, de la agrupación Cardenales del Éxito, fue lanzada en 2017 y forma parte del largo repertorio de 'gaitas protesta' con la que músicos venezolanos manifiestan su descontento ante las situaciones que perjudican al país.

Raíces

El género, tradicionalmente escuchado en el último trimestre del año, tiene un ritmo alegre, jocoso y movido, producto de la mezcla del cuatro, las maracas, la charrasca, la tambora y, su instrumento fundamental, el furro, un descendiente de la zambomba española.

Es originario del estado de Zulia (oeste), hoy una región casi devastada por la crisis, y es el resultado de la mezcla de culturas a lo largo del tiempo.

Su ímpetu de protesta está relacionado con la música que los esclavos cantaban a sus amos para manifestar su descontento, señala uno de los cantantes más representativos del género, Abdenago Borjas, mejor conocido como ‘Neguito’.

De ahí que los 'gaiteros' les canten a quienes están en el poder para llamar la atención ante los problemas que aquejan al país, pero para los políticos puede ser 'molesto'.

Mordaza

A inicios de los años 2000, primer período de Gobierno de Hugo Chávez (1999-2013), la gaita protesta se hizo sentir con fuerza en el país cuando agrupaciones de este género como Gran Coquivacoa, de ‘Neguito’ Borjas, Son Gaitero, Nikitao o Koquimba publicaron melodías para llamar la atención del gobernante.

Una de las canciones más populares fue La Mordaza, publicada un año antes de la polémica Ley de Responsabilidad Social de Radio y Televisión con la que el Gobierno regula el contenido de los medios de comunicación estableciendo que la programación no puede contener 'violencia' ni 'terrorismo'.

'¿Qué es lo que pasa?, ¿Gobierno, Gobierno, ahora qué te pasa? ¿Quieres fuñir (molestar) a los medios con tu diabólica ley mordaza? (...) ¿Y qué va a pasar con los noticieros? ¡Les cayó la ley mordaza!, ¿Y con las novelas que tanto queremos? ¡Les cayó la ley mordaza!', es parte de la letra de la canción cantada por Borjas.

El gaitero nombraba en esta canción a una serie de periodistas reconocidos en el país y medios de comunicación que, tal como lo coreó, salieron de pantallas o del circuito radiofónico, años después de la puesta en vigencia de la llamada Ley Resorte.

Y así la palabra censura se volvió una constante en cada espacio público. Comenzaron los llamados de atención a los medios de comunicación hasta que en 2007 se ordenó el cierre del canal Radio Caracas Televisión (RCTV), una cadena muy crítica con el Gobierno. En 2009 se denegó la renovación de concesión de estaciones a 34 emisoras de radio, obligadas a cesar sus actividades.

Tras la Ley Resorte, medios, periodistas, productores, escritores y hasta los músicos comenzaron a medir o evaluar su contenido. Aún así recibían llamadas del ente regulador advirtiéndoles sobre comentarios en la radio o escenas en televisión.

'Sí he tenido advertencias, me han dicho, por ejemplo: mira, no le sigas haciendo protesta al Gobierno porque están pensando hacer tal cosa, pero nunca me han hecho nada, pero siempre hay como el telefonazo: mira, dile a fulanito que no hable más mal del Gobierno, y ese tipo de cosas', comenta Borjas.

Así las cosas, oír hoy en una radio venezolana una gaita protesta es casi nulo, pese a que hay gaiteros que continúan usando su música como un medio para que la voz del pueblo sea escuchada.

Las gaitas protestas se pueden alcanzar a escuchar en algún evento gaitero, en alguna plataforma digital o en reuniones privadas, muy comunes en el último trimestre del año cuando se acerca la época navideña.

Para Borjas, que las radios no coloquen las gaitas protestas 'es autocensura, (...) no se atreven a colocarlas porque saben que corren el riesgo de que pueden cerrarlas (...) es la autocensura lo que no ha permitido que la gaita protesta florezca'.