El filipino Manny Pacquiao antes de que suba al cuadrilátero del MGM Grand Garden Arena, de Las Vegas, para decidir al campeón unificado del peso welter frente al estadounidense Floyd Mayweather Jr. ya es el ganador del combate de la imagen, la deportividad y las buenas maneras.
Mientras el campo de Mayweather Jr. continúa hasta el último minuto con las provocaciones hacia Pacquiao, su equipo de trabajo responde con lo pactado en el contrato y las normas que la Comisión Atlética de Nevada tiene establecidas para la pelea.
La pasada noche, el equipo de Mayweather Jr. puso una reclamación ante la comisión para pedir que los guantes que va a usar Pacquiao, hechos en méxico, no debían ser aceptados.
El argumento fue que el relleno que llevan está hecho con pelo de caballo y no de fibra sintética, que es la que va dentro de los que usa Mayweather Jr., y que desea que lleven todos los rivales.
La disputa duró 11 horas, con abogados incluidos, pero Pacquiao ganó y usará los 'Cleto Reyes' mexicanos que tenía elegidos desde hace tiempo y que mostró a la Comisión Atlética de Nevada.
Mayweather usará los guantes de marca Grant con los que ha trabajado en los combates desde hace tiempo.
La estrategia de la protesta de los guantes para tomar ventaja en la recta final antes que se dé la pelea es la típica que realiza el grupo de trabajo de Mayweather Jr. ante todos los rivales, que inclusive ellos mismos han escogido.
Ese fue el caso de lo que el año pasado le sucedió al argentino Marcos Maidana, que había decidido utilizar guantes Everlast, también hechos con pelo de caballo, pero al final fue obligado a usar los guantes de relleno sintético que quiso el campeón invicto estadounidense.
Esta vez Mayweather Jr. no pudo tomar ventaja ni imponer sus 'reglas' de cara a la pelea y Pacquiao dejó en alto la calidad de los guantes mexicanos, que comenzó a utilizar después que comprobó lo buenos que eran cuando Antonio Margarito lo castigó en el duelo que mantuvieron en el 2010.
Pacquiao, que se ha convertido en el verdugo de los boxeadores mexicanos, con la excepción de Juan Manuel Márquez, que le hizo besar la lona, es un gran admirador de su estilo, similar al suyo.
Ahora se espera que la última provocación del campo de Mayweather Jr. es exigir la presencia de un representante en el vestuario de Pacquiao cuando sus cuidadores comiencen a trabajar en el vendaje de las manos dentro de unas horas.
La respuesta de Pacquiao no se hizo esperar y fue la de darles la bienvenida para que lo hagan, otra clara demostración de la tranquilidad y seguridad con la que llega a la pelea de su vida.
Mientras que Mayweather Jr. y su equipo de trabajo se han visto envueltos en la polémica de la retirada de tres credenciales a periodistas, incluidas dos mujeres, que han sido críticas con el pasado de violencia doméstica del campeón invicto y que le costó ir a prisión.
Mayweather Jr. no se sintió cómodo al ver que fue recibido con pitos a su llegada a la ceremonia de pesaje, mientras que Pacquiao comprobó todo el apoyo popular que posee.
Tampoco quedó bien la imagen de Mayweather Jr. al no admitir que Pacquiao, en el cara a cara después del pesaje, le dio las gracias por haber hecho posible la pelea y permitir que los aficionados al deporte del boxeo puedan disfrutar del combate que tanto habían deseado y esperado.
Otro éxito para Pacquiao han sido los 13 exámenes sorpresa que le ha hecho la Agencia Antidopaje Estadounidense (USADA) como había solicitado el propio Mayweather Jr. para que se pudiese celebrar la pelea.
El manejador de Pacquiao, Freddie Roach, dijo que su pupilo había cumplido con todos los requisitos antidopaje que se firmaron en el contrato y que no tenía nada que temer.
'Siempre hemos estado limpios para cada combate porque Manny (Pacquiao) es un profesional íntegro y de principios. Cuando está en el cuadrilátero lo da todo porque se ha preparado a fondo y esta vez su grado de compromiso ha sido aun mayor', destacó Roach.