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Real Madrid igualó 2-2 ante Valencia por la jornada 36 de la Liga Española y quedó a cuatro puntos del Barcelona. Los goles anotados durante los 90 minutos fueron obras de Pepe e Isco por parte del equipo local, mientras que Paco Alcácer y Javi Fuego marcaron para los visitantes.

Sin margen de error por el triunfo del Barcelona ante la Real Sociedad minutos antes, el cuadro blanco, lejos de alimentar su confianza, de paso, para la pelea europea del miércoles, aumentó algunas dudas que generó en Turín. La épica evitó un castigo mayor. Como la derrota, con la que coqueteó durante gran parte del duelo. Y el gasto físico fue excesivo.

Además, se marchó del partido preocupado por la salud del alemán Toni Kroos, que dejó el campo a los veinticinco minutos de partido dolorido.

Y eso que Carlo Ancelotti retomó su idea favorita. Se alejó de los experimentos con Sergio Ramos en el centro del campo y volvió al 4-3-3. Eso sí, cambió de arriba a abajo la defensa de su equipo.

La única zona donde el italiano encuentra garantías para unas rotaciones que ejecuta con cuentagotas. Del partido de Turín solo permaneció en su sitio Pepe. Ramos volvió a su sitio en el centro de la zaga. Fabio Coentrao y Álvaro Arbeloa ocuparon los laterales. Dani Carvajal y Marcelo se quedaron en el banco. Raphael Varane fuera de la convocatoria.

Tampoco se vistió Karim Benzema. La opción de que el atacante galo reforzara al Real Madrid ante la Juventus el miércoles perdió enteros.

El Valencia dejó al Real Madrid a cuatro puntos del Barcelona a falta de dos jornadas para el cierre. Misión casi imposible para el cuadro blanco. Y golpe de fe del conjunto valenciano. Un bloque que encontró el premio a un trabajo serio a lo largo del año pero que dejó pasar la ocasión de conseguir un logro mayor y definitivo.

En el Bernabéu puso en escena todo su arsenal. Tiene entre ceja y ceja la tercera plaza y puso sobre el tapete a su equipo tipo. Sin Rodrigo Moreno, sancionado, recuperó a Pablo Piatti para el ataque. Su compatriota Rodrigo De Paul fue el sacrificado.

Se le ha dado bien al Valencia el Bernabéu en los últimos años. Salió indemne en las tres campañas recientes. El pasado curso enterró la Liga para el Real Madrid. También en este ejercicio ha hecho lo mismo.

El equipo de Nuno Espirito Santo aprovechó la angustia de su rival. Presa de la presión con el paso de los minutos. Tuvo el balón el Madrid. El Valencia hizo los goles.

El primero fue de Paco Alcácer a los veinte minutos. Cuando remató a bocajarro un pase medido por la izquierda de Jose Luis Gayá.

Para entonces el Real Madrid había estrellado dos balones en los palos. Una falta de Gareth Bale y un remate de cabeza de Cristiano Ronaldo. También el Valencia pudo anotar previamente. En un mano a mano de Alcácer que mandó por encima de la portería de Iker Casillas.

El equipo de Ancelotti empezó a sufrir más de lo necesario. Con excesiva prisa. Más pendiente de la lesión de Toni Kroos que del césped llegó el segundo gol del Valencia.

Una falta sacada por Dani Parejo dejó en evidencia a la defensa del Real Madrid. Tres jugadores se situaron a un metro de Casillas. Fue Javi Fuego el que peinó el balón hacia la red.

Definitivamente el cuadro blanco tiró de heroica. Tocó a rebato sin orden. Apresurado. Con Gareth Bale sobrepasado de revoluciones y sin guía en el centro del campo.

Chicharito volvió a encontrarse con el palo en plena avalancha desarraigada y confusa. Donde el muro valenciano mantenía el tipo y el orden mientras contemplaba el suicidio de su adversario.

Pudo meterse de lleno en el partido el Real Madrid en el tiempo añadido de la primera parte. Cuando Cristiano Ronaldo falló un penalti que le detuvo Diego Alves.

Buscó profundidad Ancelotti con el cambio de laterales. Carvajal y Marcelo entraron por Arbeloa y Coentrao. Puso todo lo que tenía en el banco sobre el campo.

El acelerón del Real Madrid al inicio de la segunda parte tuvo premio antes del cuarto de hora. Con un remate de Pepe de cabeza tras un córner lanzado por el colombiano James Rodríguez.

Definitivamente el partido se convirtió en un correcalles. No se guardó nada el bloque de Ancelotti y el Valencia empezó a buscar el balón. A rondar el área adversaria. Siempre con criterio en busca de la ventaja ante un rival descolocado.

El ímpetu local decayó paulatinamente. Las llegadas al área valenciana eran por inercia. Pero cada vez con menos sentido, amenazadas por el implacable paso de los minutos.

Diego Alves apareció de nuevo para salvar al Valencia a un remate de Sergio Ramos. La más clara de la segunda mitad.

Una genialidad de Isco, crecido tras el descanso, con toda la responsabilidad de la medular en sus botas, reenganchó al equipo de Ancelotti y reavivó el partido en los siete minutos finales.

Recuperó el coraje, pero le faltaron fuerzas y tiempo al Real Madrid, que metió al Valencia en su campo y se dejó el alma hasta el cierre. No fue suficiente y el título mira a Barcelona.