El traspaso del colombiano Jackson Martínez al Guangzhou Evergrande por 42 millones de euros, récord absoluto en la liga china, ha dado un paso más en la inflación vertiginosa que vive el fútbol de este país, que ha reventado los precios en el mercado mundial este invierno.
La llegada del exjugador del Atlético de Madrid se une a otros fichajes multimillonarios realizados por los equipos de la Superliga china, que están reforzándose de cara a la temporada que comienza el 5 de marzo, y hasta ahora los cuatro traspasos más caros de este mercado invernal han tenido como destino el fútbol chino.
A ellos podría sumarse en verano el centrocampista marfileño Yaya Touré, del que la prensa inglesa da por segura su salida del Manchester City con destino a China por una cifra de unos 30 millones de libras (39,7 millones de euros), aunque su futuro equipo aún no está definido.
Si se confirma, Touré protagonizaría a sus 32 años el segundo mayor traspaso del fútbol chino, tras Martínez, en una escalada que está alcanzado prácticamente un récord por semana.
Hasta el traspaso del delantero colombiano el récord estaba, desde hacía solo una semana, en el fichaje del centrocampista brasileño Ramires, que dejó el Chelsea por el Jiangsu Suning.
A su vez, la operación de Ramires había pulverizado el récord que tan sólo una semana antes había establecido la liga china, cuando el también brasileño Elkeson pasó del Guangzhou Evergrande, campeón de las cinco últimas temporadas en este país, para irse a su gran rival, el Shanghai SIPG, por 18,5 millones de euros.
Y el cuarto mayor fichaje de este invierno en China y en el mundo ha sido el del marfileño Gervinho, que dejó la Roma a mitad de temporada para irse a un equipo recién ascendido en la liga de este país, el Hebei Fortune, a cambio de 18 millones de euros.
Otro colombiano ilustre que ha aterrizado en esta pretemporada en el fútbol chino, y por una cantidad importante, ha sido Fredy Guarín, que pasó del Inter al Shanghai Shenhua por 13 millones de euros.
El fenómeno ha encarecido también a los futbolistas chinos, cuya cotización se ha disparado incluso si los jugadores de este país son vistos como comparsas de las estrellas extranjeras y la selección nacional china languidece a nivel internacional (ocupa el puesto 82 en el ránking de la FIFA, incluso por detrás de países como Haití, Chipre o Libia).
Pero el número de jugadores extranjeros está limitado en la liga china, lo que eleva automáticamente la cotización de los futbolistas nacionales.
Así, el portero Zhang Lu ha sido recientemente el fichaje chino más caro de la historia nacional, al ser traspasado por 9,85 millones de euros, cantidad que ha pagado nada menos que un equipo de la segunda división, el Tianjin Quanjian.
Esta hiperinflación en el fútbol chino se debe a varios factores, desde la creciente popularidad del deporte hasta las grandes cantidades que aportan las empresas patrocinadoras, pero se ha disparado después de que en octubre pasado la compañía China Sports Media adquiriera por 1.150 millones de euros el contrato para emitir partidos durante las próximas cinco temporadas.
Esa operación multiplicó de la noche a la mañana por 30 los ingresos televisivos de la liga china, acercándose ya a los precios que se manejan en las grandes ligas europeas.
Además, los equipos chinos pagan con puntualidad y se están acercando a las cantidades que se ofrecen en Europa, y así el ghanés Asamoah Gyan, por ejemplo, cobra en el Shanghai SIPG de Sven-Goran Eriksson unos 16,65 millones de euros anuales, cifras solo al alcance de las superestrellas del fútbol europeo.
Según publica hoy el diario británico 'Daily Telegraph', Yaya Touré se convertiría en el tercer futbolista mejor pagado del planeta si acepta recalar en un equipo chino, ya que a sus 32 años le habrían ofrecido un salario neto de 39,75 millones de euros por temporada.
Con tanto dinero en juego y los récords cayendo de semana en semana, está por ver si el fútbol europeo puede mantener a sus figuras o éstas optan por acudir a un campeonato no de tanta calidad pero con una chequera por ahora inagotable.