La tercera jornada de Wimbledon se saldó con el final de la aventura del británico Marcus Willis ante el suizo Roger Federer, que está a una sola victoria de las 150 en hierba, y la marca de 30 partidos ganados de forma consecutiva por el serbio Novak Djokovic en el Grand Slam, tras imponerse al francés Adrian Mannarino, récord desde que comenzó la Era Open.
Federer no tuvo compasión de Willis, o si la tuvo fue cuando ya el partido estuvo en sus manos. El hombre que ha llenado portadas esta semana por su clasificación y por llegar a la segunda ronda de Wimbledon, siendo el 772 del mundo, cedió ante el de Basilea por 6-0, 6-3 y 6-4, en una hora y 25 minutos.
Pero al británico le importó poco su derrota, y feliz en el vestuario, lo primero que hizo fue compartir una cerveza con su entrenador, Matt Smith.
La expectación que había suscitado este zurdo profesor de tenis del Warwick Boat Club, donde cobra 30 libras por hora de clase, llenó de aficionados la pista central. Los seguidores no querían perderse la presencia, frente a Federer, de un británico de tan baja clasificación, pintoresco, desgarbado, que había tenido sobrepeso y perdido 25 kilos, y había reconocido que podía haber sido algo más en su carrera si no le hubieran gustado tanto las fiestas.
El número siete estuvo presente en el duelo. Siete son los títulos de Wimbledon de Federer, y siete los partidos que ha ganado Willis hasta plantarse en la segunda ronda de este Grand Slam, tras los de la pre-previa y previa, y el que ganó al lituano Richard Berankis, antiguo número uno del mundo júnior, en la primera ronda el lunes.
Federer, que nunca ha perdido un partido contra un jugador de tan bajo ránking -sólo ha cedido uno contra alguien situado entre los 250 primeros, el español Sergio Bruguera en Barcelona en 2000- se tomó el encuentro con tranquilidad y sonrisas, y aceptó de buen grado los cánticos que los seguidores británicos dedicaron a Willis.
Estos, adaptaron el tema 'Freed from Desire', de la cantante italiana Gala, que se volvió muy popular durante la Eurocopa gracias al delantero norirlandés Will Grigg.
Del ya célebre 'Will Grigg's on fire, your defence is terrified' ('Will Grigg está enchufado, tu defensa está aterrorizada'), se pasó en Wimbledon al 'Willbomb's on fire, Federer is terrified' ('Willbomb -como se conoce popularmente a Willis- está enchufado, Federer está aterrorizado'), que hicieron sonreír al de Basilea
Siete juegos consecutivos encajó Willis hasta que casi después de 30 minutos alzó los brazos como si hubiera ganado el partido, al hacerse por primera vez con su servicio. Luego, tras el 2-1 tuvo que recibir masaje en el hombro izquierdo.
Su novia, la dentista Jennifer Bate, delgada y rubia, se dejó las manos aplaudiéndole. Willis no dejó de sonreír, de disfrutar durante el encuentro y de levantar el puño cada vez que hacía un punto.
Sabía que aunque perdiera ya había entrado en la historia, al convertirse en el británico de más bajó ránking que ha ganado un partido individual en Wimbledon, y además se ha llevado un cheque por 50.000 libras, unos 60.000 euros por su extraordinaria aventura.
Antes, Novak Djokovic sumó su victoria 30 seguida en un Grand Slam, al vencer al francés Adrian Mannarino, por 6-4, 6-3 y 7-6 (5) y acercarse a las rachas consecutivas del australiano Rod Laver y el estadounidense Donald Budge.
Budge y Laver, los dos únicos jugadores que lograron ganar los cuatro grandes en una misma temporada (Laver lo hizo en dos ocasiones, 1962 y 1969, y Budge en 1938), sumaron en sus carreras 37 victorias seguidas el primero, y 31 el segundo. Con ganar el próximo encuentro, 'Nole' ya daría caza a Laver. No obstante, el serbio batió hoy su propio récord desde que comenzó la Era Open (1968).
La lluvia no permitió mucho juego este miércoles en el All England Club, y casi todo se disputará en la pista central, la única que cuenta con techo retráctil en el recinto.
Después de la victoria de la polaca Agnieszka Radwanska, tercera favorita, y finalista en 2012, ante la ucraniana Kateryna Kozlova por 6-2 y 6-1 en 63 minutos, Djokovic y Mannarino saltaron a la central, en un día especial para el francés que cumplía 28 años.
El de Soizy jugó un primer set primoroso, aguantando su servicio hasta el décimo juego y utilizando su dejada de forma virtuosa, para mantener la tensión hasta el final de ese parcial. Después, Djokovic se lanzó en picado y ya no tuvo rival, hasta casi el final, cuando el francés logró romperle su saque y forzar el desempate.
En este juego corto, Djokovic sentenció a la segunda oportunidad para acabar el partido en dos horas y cinco minutos. Y ya lleva dos victorias seguidas (primero ante el británico James Ward), sin ceder un set esta semana.
Se enfrentará en tercera ronda con el ganador del encuentro entre el brasileño Thomaz Bellucci y el estadounidense Sam Querrey.
Aprovechando un claro en las pistas exteriores, la alemana Andrea Petkovic, cabeza de serie 32, se impuso a la japonesa Nao Hibino, por 3-6, 7-5 y 6-2, y la rusa Evgeniya Rodina, invitada de la organización, derrotó a la ucraniana Lsia Tsurenko, por 6-3 y 7-4.
También logró acabar su encuentro suspendido, el martes, el checo Tomas Berdych, finalista en 2010, al vencer al croata Ivan Dodig, por 7-6(5), 7-5, 1-6 y 7-6(2), en tres horas y 24 minutos.
El austríaco Dominic Thiem, octavo favorito, derrotó al alemán Florian Mayer, por 7-5, 6-4 y 6-4, en una hora y 25 minutos, en un duelo de ganadores de dos de los últimos torneos de hierba previos a Wimbledon. El austríaco había levantado la corona en Stuttgart, y Mayer en Halle.
La checa Petra Kvitova, doble ganadora de Wimbledon (2011 y 2014), reservó este miércoles su billete para la segunda ronda del torneo británico tras derrotar sin excesivas complicaciones a la rumana Sorana Cirstea, por 6-0 y 6-4, en sólo 52 minutos.