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El temor al contagio del zika, enfermedad que ha encendido las luces de alerta sanitaria en el mundo debido a su propagación a 36 países, principalmente de América Latina, sigue sacando nombres ilustres a la lista de 10.500 deportistas esperados en Río de Janeiro para los Juegos Olímpicos.

Siete golfistas, un saltador y un ciclista han renunciado al certamen que transcurrirá entre el 5 y el 21 de agosto.

Y entre el temor y la duda permanece la tenista estadounidense Serena Williams y su colega checo Tomas Berdych, la nadadora española Mireia Belmonte o figuras del fútbol femenino y la lucha.

Aunque otros tienen posiciones diferentes, lo cierto es que el zika, también conocido como zikav o zikv, no es un asunto que deje indiferente a nadie en el mundillo del deporte.

Después de pensárselo mucho, el pívot español Pau Gasol anunció el 25 de junio que acudirá a Río porque su compromiso con la selección 'es más grande que el temor a lo que pueda pasar'.

Participar en unos Olímpicos 'sin importar en qué lugar del mundo se disputen' y respetar 'las razones personales' de los que han renunciado son las consignas del tenista suizo Roger Federer, que a los 34 años atesora 17 títulos de Grand Slam, un oro olímpico en dobles en Pekín 2008, y una plata individual en Londres 2012.

Como piensa frente al virus Zika el número tres del tenis mundial, piensa el número dos, el británico Andy Murray, quien tras consultar a su médico se ha ratificado en 'ir a Río y competir'.

El velocista jamaicano Kemar Bailey-Cole, campeón olímpico en relevos 4x100 en Londres 2012 y mundial en Moscú 2013, en ambos casos junto a Usain Bolt, no ha necesitado plantearse si va o no a Río de Janeiro, o si teme o no al virus Zika.

Él lo padece, según anunció el 25 de junio, y aún así no renuncia a participar. 'No es fácil recuperarse porque todavía tengo erupciones en el cuerpo. Me duelen los ojos, pero lo bueno es que por el momento no siento ninguna molestia muscular', declaró el campeón de la Commonwealth en 100 metros al diario Jamaica Gleaner.

Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha asegurado que 'es mínimo' el riesgo de contagio en el caso de deportistas, delegaciones y turistas, es claro que aún resuena el eco del pedido de suspensión, cancelación o traslado de los Juegos hecho por 150 científicos por considerar que acelerarían la expansión del virus.

Este pedido fue rechazado en mayo por la misma OMS pero ¿cómo ignorar casos, aunque pocos, de adultos contagiados que han desarrollado problemas neurológicos como el síndrome de Guillain-Barre, que provoca parálisis y hasta la muerte?

El virus del zika, que se puede transmitir por vía sexual y contra el que no existe vacuna o tratamiento específico es la principal amenaza para las mujeres embarazadas, cuyo feto puede sufrir malformaciones neurológicas.

Y es esta la poderosa razón que ha causado las principales bajas.

La más sensible hasta hoy se conoció el 28 de junio, cuando el australiano Jason Day, número uno del golf, justificó su renuncia por el temor a 'los riesgos potenciales' que podría provocar a su esposa en futuros embarazos.